17/06/2025
Duelar. Desde el duelo.
Y es tanto lo que he leído y escuchado sobre duelos. Es tanto lo que se interpreta y se juzga desde y sobre los procesos de duelar.
Se habla con conocimiento, se habla con buenas intenciones, y también se habla para llenar silencios.
Cuando acompañamos a un doliente nos aterran los silencios, les ponemos palabras, frases hechas y desgastadas, le ponemos consejos, sugerencias y aturdimos.
Aprender a compartir silencios de eso se trata. A veces eso es todo lo que alguien necesita. Estar cerca y en silencio permitiendo que el doliente diga, exprese, libere,grite,se enoje ,llore. Un silencio respetuoso y cercano , que no juzga ni invalida el dolor del otro puede ser el abrazo más cálido que necesitamos.
Cuando duelamos partidas físicas necesitaremos saber que habrá: “intensidad de emociones” (el tsunami de sensaciones en nuestro cuerpo físico y espiritual arrasa todo a su paso) y “lo definitivo e irreversible” de la pérdida (ya no tendremos a ser en la forma física que lo tuvimos. Ya no más.
Duelar es estar desnuda/o frente al mar con olas gigantes que te tumban …y por un instante poder levantarse y decir “esto no es verdad” o quedarse sumergida/o bajo el agua hasta que la sensación de falta de aire se hace insoportable y llorar, llorar,l lorar.
El duelo es dolor, nadie puede decirte como atravesarlo.. Pedí ayuda si sentís que solo/a no podés. No te escapes. No lo evites. No lo niegues.
Porque el duelo es portador de cambio y crecimiento. Portador de transformación.Porque el duelo también significa desafío. Desafío de encontrar nuevos caminos para ajustarnos a un mundo que ha cambiado para siempre. Y fundamentalmente el desafío de crecer a través de la perdida.
¿Sentís que pudiste atravesar tus duelos? Te leo. Si algo de aqui te resuena.Escribime.Ver menos