08/11/2025
A veces creemos que necesitamos
una hora entera, un ritual perfecto, el momento ideal.
Pero la verdad es que 15 minutos pueden cambiar tu día.
Quince minutos para escuchar el cuerpo,
para soltar la tensión que se quedó guardada,
para mover lo que ya no vibra con vos,
para recordarte que estás acá, ahora.
La práctica diaria no es disciplina rígida,
es amor propio en acción.
Es decirte: “me veo, me siento, me acompaño”.
Tu cuerpo siempre habla.
Solo necesita que lo escuches un ratito.
Movimiento suave.
Respiración profunda.
Espacio para el presente.
No importa cuánto.
Importa hacer lugar.
Con lo que hoy tenés.
Con lo que hoy sos.