24/02/2022
El esmaltado semipermanente ofrece resultados estéticos de larga duración. Sin embargo produce efectos en la salud que muchas veces van más al de las uñas y que pueden producir alergias a algunos de sus componentes.
La tendencia de hoy son las uñas y llevarlas perfectas es casi una norma para muchos. Y por ello lo más habitual es hacerse el esmaltado semipermanente. Incluso hay veces que se encadena un esmaltado con el otro sin darse tiempo a observar cual es el verdadero estado de la uña.
El proceso del esmaltado semipermanete implica el limado de la superficie de la uña, el uso de alcoholes, colocación de esmaltes y la posterior aplicación de lámparas de rayos UVA o de luz LED. El uso frecuente de estos esmaltes y de ese limado hace que la uña este más frágil y que pierda grosor, lo que hace que se quiebre con más facilidad. Por eso se recomienda hacer descansos para que las capas de las uñas se repongan.
Otro factores que pueden irritar la lámina de la uña son los disolventes que se utilizan para eliminar los esmaltes. Sin embargo uno de los mayores riesgos lo producen las alergias por contacto de los acrilatos, sustancia que se encuentra en los esmaltes, en las uñas postizas acriclicas, de gel, de porcelana, de seda, y de fibra de vidrio.
Las uñas postizas producen los mismos riesgos que el esmaltado semipermanente.
Por eso es recomendable hacer esta práctica en forma esporádica y por personas capacitadas para que puedan detectar a tiempo cualquier dificultad que se presente.
