10/11/2025
La primera vez que vine al pueblo era verano.
Hacía poquito que estábamos de novios con Zamán y ésta era la primera visita que hacía al pueblo, no sólo para conocer de dónde venía él, sino también para conocer a su familia.
Esto fue en el 2019, diciembre.
Para ese entonces yo todavía trabajaba en el hospital, aún ejercía como nutri. Y me había tomado unos días de vacaciones para poder hacer este viaje.
Recuerdo el día que llegamos.
Era la hora de la siesta y el silencio que había me impactó. ¿Dónde está la gente? Pensaba yo para mis adentros. ¡En la calle no había nadie!
Él me había contado que el pueblo era chico, tranquilo, que vivían 800 personas maso, que sólo eran un par de cuadras... pero yo no había tomado dimensión de eso hasta ese mismo momento.
Demasiado silencio.
Demasiada calma.
Demasiada quietud.
Me quedé unos días en su casa.
Salíamos a tomar mate al parque, salíamos a caminar y también andábamos en bici. Compartíamos tiempo con su familia y también con sus amigos. Y con el correr de los días me pasó algo particular: toda esa paz, todo ese silencio, toda esa calma, ya no me parecía demasiado.
Me parecía que era lo que estaba necesitando.
Y era tan hermoso lo que iba sintiendo cada nuevo día que no me voy a olvidar más el momento en que andando en bici, le dije Zamán:
"Creo que yo podría vivir un tiempo acá"
Un año después, estábamos desarmando cajas, acomodando ropa, pensando en qué lugar quedaría mejor la cama, la mesa, la heladera. Un año después empezábamos una nueva vida juntos y en su pueblo.
¡Qué poder que tienen las palabras! ¿no?
Hoy es el cumpleaños número 119 de Bordenave, este pueblo que me enamoró desde que puse un pie en sus tierras, que me recibió con su calidez, con su paz, con su verde... Y que hace casi 5 años me brindó el espacio y el silencio que necesitaba para conocerme más y animarme a ser quien soy hoy.
¡Feliz cumple Bordenave!
Qué lindo es vivir en vos.
Maru✍🏽