05/08/2021
GRACIAS
A la que supero los 2 años
A la que logró el tandem
A la que amantó con grietas
A la que aguantó el dolor
A la que insistió e insistió aunque al final no pudo.
A la que solo pudo unos meses.
A la que se s**o leche cuando regreso al trabajo formal.
A las que dejaron el pudor de lado
A las que enfrentaron miradas y doblegaron la apuesta.
Gracias a las que intentaron, con uñas y dientes.
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Porque como digo en mi libro: “La teta no es solo alimento, es contención, es seguridad, es la certeza de que ese ser del que venimos nos está protegiendo”. Pero un biberón dado con amor, conexión, atención plena y en sintonía con tu bebé también cubre las necesidades emocionales que cubre la teta.
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El problema es que muchas veces caemos en la tentación de que el biberón se de como quien da un vaso de agua, sin conectar, sin afecto, o lo delegamos continuamente... y es en esas actitudes en las que debemos estar atentas y hacer ajustes. Con la teta es mucho más difícil desentenderse porque estás ahí literalmente “poniendo el cuerpo”, pero puede suceder también que se mecanice cuando estamos agotadas o apáticas y ahí debemos hacer ajustes también.
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Si das el pecho y cubrís las necesidades emocionales y afectivas de tu cría, desarrollará un apego seguro. Si das el biberón y cubrís las necesidades emocionales y afectivas de tu cría, desarrollará un apego seguro.
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Que la lactancia no se transforme en otro más de los mandatos de la maternidad perfecta. Intentarlo y dar lo mejor de una porque sabemos lo valioso que es para la salud de nuestros hijos y la propia es la gran revolución, sin llegar a martirizarnos o vivir en la culpa si no resulta como lo planeamos o lo imaginamos. Intentar, tratar, aguantar sin llegar a enfermarnos, divulgar, ayudar a otras a las que le cuesta, eso celebró en esta semana internacional de la LM. ~ Ana Acosta Rodríguez autora de “La metamorfosis de una Madre” 👉🏾 https://bookgoodies.com/a/B089ZRRVYL
