08/09/2015
¿Es efectiva la actividad física regular para mejorar la función cognitiva o reducir la incidencia de demencia en adultos mayores? Ensayo clínico LIFE.
Efecto de una intervención de actividad física de 24 meses de duración versus educación en salud en la evolución cognitiva de adultos mayores sedentarios. Ensayo randomizado LIFE.
Artículo original:
Effect of a 24-Month Physical Activity Intervention vs Health Education on Cognitive Outcomes in Sedentary Older Adults. The LIFE Randomized Trial.
Sink K, Espeland M, Castro C, y colaboradores, en representación de los investigadores del estudio LIFE.
JAMA 2015; 314(8):781-790.
INTRODUCCIÓN
La evidencia proveniente de la ciencia básica y la Epidemiología sugiere que la actividad física se asocia con menores tasas de declive cognitivo; sin embargo, los ensayos clínicos randomizados al respecto han arrojado resultados contradictorios, lo cual podría deberse, al menos en parte, a que dichos ensayos hayan tenido tamaños de muestra insuficientes o períodos de Intervención demasiados breves.
Este artículo presenta los resultados cognitivos del estudio LIFE, el Ensayo clínico de mayor cantidad de pacientes y mayor duración acerca del efecto de una Intervención estandarizada de actividad física sobre la función cognitiva y la discapacidad en los adultos mayores sedentarios en Riesgo de discapacidad motriz. La Hipótesis de este estudio fue que, en comparación con un Control consistente en educación para la salud, la actividad física regular durante 24 meses podría traducirse en mejor función cognitiva y menor Riesgo de desarrollo de deterioro cognitivo leve o de demencia.
DISEÑO
Ensayo controlado randomizado, multicéntrico, simple Ciego.
CONTEXTO
Ensayo (clínico) controlado multicéntrico realizado en 8 centros de Estados Unidos.
PACIENTES
Se incluyeron pacientes de ambos sexos de 70-89 años, sedentarios, en alto Riesgo de discapacidad motriz basado en limitaciones de las extremidades inferiores en base a limitaciones funcionales evaluadas objetivamente (definidos como un Short Physical Performance Battery score ≤ 9 (de 12 puntos), pero que podían caminar 400 metros en 15 minutos sin ayuda. Los participantes no debían tener diagnóstico de demencia o deterioro cognitivo significativo en el test Modified MiniMental State Examination (3MSE) acorde a su nivel educativo.
Los participantes provenían de comunidades rurales y urbanas, y fueron reclutados predominantemente por envíos masivos de correo, y además por anuncios en periódicos, radio y televisión, y presentaciones en ferias de salud, centros de ancianos, clínicas médicas, e iglesias.
INTERVENCIÓN
Los pacientes fueron asignados aleatoriamente en proporciones iguales a Intervención de actividad física o programa de educación para la salud.
La Intervención de actividad física estaba focalizada en entrenamiento en caminatas, fuerza muscular, flexibilidad y equilibrio, con 2 visitas al centro por semana y actividad en domicilio 3 - 4 veces por semana. Las sesiones de actividad física progresaban hacia una meta de 30 minutos de caminata a una intensidad moderada, 10 minutos de entrenamiento de fuerza (en especial en las extremidades inferiores con pesas en los tobillos), y 10 minutos de entrenamiento de equilibrio y ejercicios de flexibilidad de grupos musculares grandes.
El grupo de educación para la salud asistió a talleres de educación para la salud de frecuencia semanal durante las primeras 26 semanas y luego mensual, consistentes en presentaciones didácticas interactivas, exposiciones de oradores invitados, o excursiones; los temas que se abordaron incluyeron Seguridad en viajes, servicios de prevención adecuados a la edad, cuestiones legales y financieras, y nutrición.
MEDIDAS DE EVOLUCIÓN
Las medidas de resultado primarias fueron los resultados de las pruebas cognitivas y el desarrollo de deterioro cognitivo leve y/o demencia, a 24 meses de Seguimiento.
La evaluación cognitiva fue efectuada mediante una batería de pruebas neuropsicológicas, administrada por examinadores capacitados y certificados al inicio del estudio y a los 24 meses, a saber: (1) Modified MiniMental State Examination, una prueba de función cognitiva global, (2) la subprueba de codificación de dígitos simbólicos de la Wechsler Adult Intelligence Scale, tercera edición, que es una prueba de velocidad psicomotora, atención y memoria de trabajo, (3) la prueba Hopkins Verbal Learning revisada, que consiste en una lista de aprendizaje y recuerdo de palabras, y (4) una versión modificada de la prueba Rey-Osterrieth Complex Figure, que evalúa las funciones visuoespacial (copia) y la memoria figurativa (memoria inmediata. Asimismo, mediante una computadora portátil, se administraron a los participantes tres tareas que fueron elegidas como evaluación adicional de la velocidad de procesamiento y la función ejecutiva: n-back, Eriksen Flanker y un ejercicio de conmutación de tareas.
En base a los datos clínicos y de estas evaluaciones cognitivas, un grupo de 8 expertos clínicos que no conocían el grupo de asignación, establecieron la Incidencia o no de deterioro cognitivo o demencia en el Seguimiento, de acuerdo con los criterios 2011 de la National Institute on Aging y la Alzheimer’s Association.
Se estimó la adherencia a la Intervención evaluando la actividad física habitual de dos formas: por auto-reporte mediante el cuestionario Community Healthy Activities Model Program for Seniors, destinado a medir el total de minutos semanales de caminatas y ejercicios de entrenamiento de fuerza, y de forma objetiva mediante un acelerómetro Actigraph para medir el total de minutos de una actividad al menos moderada durante 7 días.
CONCLUSIÓN
En adultos mayores sedentarios, un programa de actividad física de intensidad moderada de 24 meses de duración no obtuvo mejoría en diferentes mediciones de la función cognitiva ni redujo la Incidencia de nuevo deterioro cognitivo leve o demencia, en comparación con un programa de educación para la salud.
Este resultado, obtenido en un Ensayo clínico de Seguimiento prolongado, con tasas aceptables de cumplimiento de la Intervención de actividad física, y con buen número de pacientes, pone seriamente en duda la Asociación presunta entre ejercicio físico y función cognitiva; sin embargo, no puede descartarse la posibilidad de que ambas intervenciones (actividad física y educación para la salud) hayan sido efectivas, y por tal motivo no se detecten diferencias entre grupos.
FUENTES DE FINANCIAMIENTO
El estudio fue financiado principalmente por los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos a través de un acuerdo cooperativo entre sus institutos: National Institutes of Health, National Institute on Aging, y National Heart, Lung, and Blood Institute.
Además recibió soporte parcial de: Intramural Research Program, National Institute on Aging, National Institutes of Health; Claude D.