10/11/2025
Los músculos espásticos son aquellos que están constantemente tensos o contraídos de forma involuntaria, debido a un problema en la comunicación entre el sistema nervioso central (cerebro o médula espinal) y los músculos.
No se trata de una contractura común, sino de una hipertonía neurológica.
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🔹 En palabras simples:
La espasticidad aparece cuando el cerebro pierde el control fino sobre los reflejos musculares.
Entonces, el músculo se mantiene “encendido” todo el tiempo, como si no pudiera relajarse del todo.
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🔹 Características típicas:
Rigidez muscular persistente.
Dificultad para mover o estirar el músculo.
Espasmos o contracciones súbitas.
Posturas fijas o alteradas.
Dolor y fatiga muscular.
Movimientos involuntarios, sobre todo ante estímulos táctiles o emocionales.
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🔹 Zonas donde aparece con más frecuencia:
Piernas (gemelos, isquiotibiales, aductores).
Brazos (bíceps, flexores de muñeca y dedos).
Espalda baja (paravertebrales).
Cuello o tronco en casos neurológicos extensos.
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🔹 Causas más comunes:
Lesión medular.
Accidente cerebrovascular (ACV).
Parálisis cerebral.
Esclerosis múltiple.
Traumatismos craneoencefálicos.
Otras patologías neurológicas.
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🔹 Tratamiento y abordaje:
1. Estiramientos suaves y sostenidos (no bruscos, ni rebotes).
2. Masaje terapéutico relajante o neurosensorial, con ritmo lento y profundo.
3. Aplicación de calor para preparar el tejido antes del trabajo manual.
4. Ejercicios pasivos o activos asistidos, guiados por fisioterapia.
5. Medicamentos o toxina botulínica, si lo indica el médico.
6. Técnicas complementarias: RPG, liberación miofascial, hidroterapia tibia, o trabajo respiratorio para inducir relajación neuromuscular.
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🔹 En el masaje:
Siempre trabajar con escucha, sin forzar ni provocar dolor.
Evitar estímulos rápidos o percusiones (pueden aumentar el tono).
Movimientos envolventes, lentos y con contacto seguro.
Incorporar respiración profunda y pausada del paciente.