19/12/2023
Un abrazo que vale una vida...
Hace 5 años desde que ocurrió aquel episodio en el puente General Belgrano.
Volvíamos con mí esposa de Resistencia , de una consulta médica. A la altura de la mitad del puente, noté que alguien estaba por el otro lado de las barandas, acomodándose para soltarse abajo. Casi sin analizar bien lo que estaba sucediendo, le dije a Anto: "Hay que parar" esa chica se va a tirar y hay que hacer algo.. en eso, detuve el auto en balizas y comienzo a acercarme a la chica. Ella me miraba de costado y amenazaba, con los brazos extendidos que se iba a tirar. En eso, se acercan otras personas hablándole que no se tirara. Honestamente, en toda mí vida había vivido una situación tan límite y difícil como esta. En mí corazón, le pedí a Jesús que me ayudara a salvarle a esta chica.
En eso, alguien se acerca caminando por detrás de la chica, en un ángulo donde ella no lo podía ver. Entre señas, le digo al muchacho que se acerque y que la sujete. Mientras tanto, le seguía hablando y diciéndole que no lo hiciera, que quería ayudarla. En un momento, ella se reclinó hacia la baranda. Fue en ese momento que entendí la señal para actuar ya que había dudado. Allí, entre señas con el muchacho, el la toma por detrás y la sujetó. De un salto, la tomé de los hombros y con mucho cuidado, pudimos sacarla de esa situación de peligro.
El puente estaba colapsado, la gente espectante. Cuando pudimos sacarle, resonaron palmas y palabras de alegría de la gente. ¡Se había salvado a una persona!
Ella estaba en estado de shock. La abrace y le pregunté por su nombre. Me dijo: María. -Quedate tranquila, Maria - le dije, -estás a salvo-.
Maria representa a miles de personas, que por diversas razones, están decidiendo terminar con su dolor y angustia. Sienten que la carga es muy pesada, que no vale la pena seguir intentando. Al igual que ese día para Maria, para muchos, un pequeño incidente se transforma en una gota que rebalsa el vaso. Deciden ponerle fin a su dolor y apagar la llama dentro suyo.
Sin embargo, me atrevo a decirte que creo firmemente en alguien amoroso, que sigue tus pasos, cada latido de tu corazón. Conoce tu pesar. Tu lucha. Y hará todo lo posible por salvarte. El te ama más de lo que puedes imaginar. Ese alguien se llama Jesucristo.
Para Maria, nos tocó ser los instrumentos elegidos por él para demostrarle que hay ESPERANZA. Que no todo está perdido.
Hace más de dos mil años Jesús vino a traer luz y esperanza a este mundo de oscuridad. El sigue rescatando a personas del "puente de la vida", y mediante un abrazo, demostrarles que un nuevo capítulo de sus vidas está por comenzar.
Que en esta Navidad, cada uno llegue a ser las manos, los pies, los brazos y el amor de Jesús en acción.
Abundan malas noticias, falsas denuncias, acusaciones sin argumentos, datos de la economía que son desfavorables, pero siempre encontramos acciones para destacar, siempre a la vuelta de la esquina de nuestros barrios hay una historia para contar. Es ...
