01/12/2025
La vida no es lineal.
Cuando buscamos un equilibrio entre nuestras metas y nuestra salud, necesitamos entender que hay momentos en los que algunas mareas van a ser más fuertes que otras.
A esto se le llama homeostasis: la capacidad que tiene nuestro organismo para mantener un ambiente interno estable y equilibrado a pesar de los cambios del entorno.
Este mes, la marea más alta fue la profesional.
Me enfoqué en un sueño que tenía hace 20 años: subirme a un escenario TED y brindar mi primera conferencia internacional.
Cuando la marea está alta en uno de tus roles, los demás acompañan el movimiento. No se quedan quietos, pero se ajustan a otro ritmo, con otros tiempos.
Tengo la fortuna de tener un contexto y un entorno socioafectivo que acompaña estos movimientos.
Y también tengo muy aceitados los espacios que no son negociables en mi vida: el tiempo de calidad con mis hijas y mi pareja, los encuentros con mis amigas, la actividad física, el descanso y las salidas especiales con mis seres queridos.
Nuestros hábitos definen no solo cómo estamos viviendo hoy, sino también el futuro que estamos construyendo.
Y no hablo de un futuro lejano.
Insisto —y estoy convencida— de que este equilibrio dinámico es posible.
Con perseverancia, coherencia y realidad pura.
Nada de espejitos de colores, nada de fórmulas mágicas.
Soy testigo de que cuando optimizamos el estrés, cambiamos nuestros hábitos y potenciamos nuestros logros, podemos crecer e impactar profesionalmente sin agotarnos.
Deseo fervientemente que cada vez más personas puedan transformar su productividad con bienestar.
Porque todos merecemos bien vivir, trabajar con pasión y sentirnos a gusto con nuestra vida, con salud, bienestar y vínculos.
Noviembre fue un mes altamente desafiante y, apenas terminó, pensé: ¿y ahora qué?
Y vos… ¿cómo viviste tu noviembre?
Simplemente Jess.