29/09/2025
*El mal de ojo*
Se dice que surge cuando una persona, voluntaria o involuntariamente, proyecta una energía negativa a través de la mirada, generalmente motivada por envidia, celos o emociones no resueltas.
Esta energía puede afectar el campo energético o espiritual de la persona receptora, generando desequilibrios que se manifiestan en forma de cansancio, insomnio, mala suerte, dolores de cabeza o sensación de bloqueo.
Desde una perspectiva espiritual, el mal de ojo no es simplemente una superstición, sino una interferencia energética. Todos los seres emitimos vibraciones, y cuando estas se cargan de emociones densas, pueden impactar en quienes no tienen bien protegido su campo áurico. No se trata de magia negra ni de castigos, sino de una llamada de atención sobre la necesidad de fortalecer nuestra energía vital y vivir desde el centro del alma.
La mejor protección contra el mal de ojo no es el miedo, sino la "elevación de la conciencia".
Quien camina con amor, con luz en su corazón, y se mantiene conectado a su propósito, se vuelve inmune a las vibraciones bajas.
Aun así, muchas tradiciones recomiendan prácticas espirituales para limpiar o proteger el aura, como:
Oraciones y rezos de protección, invocando la presencia de la Luz Divina o seres espirituales de alta frecuencia.
Baños con hierbas purificadoras, como ruda, romero o albahaca.
El uso de amuletos como el ojo turco, el azabache o el hilo rojo, que simbolizan la protección energética.
Meditaciones de limpieza y visualización, imaginando cómo una luz blanca o dorada envuelve todo nuestro ser y disuelve cualquier energía ajena.
En esencia, el mal de ojo nos recuerda que debemos cuidar nuestra energía como cuidamos nuestro cuerpo. Nos invita a vivir con conciencia, con respeto hacia los demás y hacia nosotros mismos, reconociendo que nuestros pensamientos, emociones y miradas tienen poder.
✨ La verdadera protección nace del equilibrio interior, del amor propio y del cultivo diario de la luz que habita en nuestro espíritu. ✨