10/08/2019
CASOS
Entre el vacío y la queja
Erika (58) viene a verme porque alguna vez tomó Flores de Bach y le resultaron. Y ahora está haciendo varias cosas, como sicoterapia, medicación para la ansiedad… pero quiere probar algo más. “Mientras funcione, yo hago lo que sea”, me dice, y se la ve sincera y decidida.
El tema que pone sobre la mesa es: vacío, tristeza. “No puedo conectarme con el disfrute de las cosas. Tengo un montón de cosas buenas y yo… no sé qué hacer de mi vida”.
Erika transitó varias tormentas en su vida… pero ahora tiene un buen pasar. Está cómodamente jubilada, logró sacar adelante a sus dos hijas… tiene nietas. Pero no logra encontrar nada que la motive. En esa búsqueda de motivaciones externas, se apuntó a un viaje que hace tiempo soñaba… pero ni así logra sentir entusiasmo.
Con esas referencias, me inclino a pensar que son para ella flores como las nuevas Melisa y Maíz… o Chivato Amarillo. Flores que trabajan el vacío existencial. Ese que alguna vez en la vida todos debemos enfrentar… y que suele llenarse de comida, ci******lo, adicciones, relaciones tóxicas… o cualquier cosa que el ser humano encuentre válida para mantenerse ocupado y no atender al presente.
Sin embargo, al hacer los test intuitivos… Erika saca Araticum… la Flor de la Queja. Y Lapacho Amarillo… la flor de la Cooperación.
A ella le resuena mucho esta última, que habla del trabajo en equipo. Y reflexiona: ¿Será que me miro mucho el ombligo? Se queda pensando… A mí también esta coincidencia me hace creer que sí… que la solución al vacío en este caso puede estar en los otros. En mirar a los otros que nos rodean.
Preguntamos por supuesto por el pasado, por la niñez y cómo transitó la vida hasta acá. Establecemos algunas hipótesis sobre la raíz de este vacío.
Y así armamos su fórmula: Con Lapacho Amarillo, Melisa (que abarca esa sensación de ahogo y opresión en el pecho que ella siente), mas Deleite, la flor para conectar con lo bueno de esta vida y dejarse fluir.
Completamos otras y con Fórmula Madre (la energía de la madre es la que nos ayuda a conectar con todo lo bueno de la vida) y Fresia Amarilla, que está en la Fórmula Madre pero preferimos reforzar. La flor para sanar carencias afectivas en la relación con la madre. La flor que conecta con la alegría de vivir.
Continuará...