20/09/2025
"El peso de la palabra en la crianza"
Desde la psicología del desarrollo, se reconoce que la palabra de los padres tiene un valor estructurante en la subjetividad infantil. Es a través del lenguaje, del discurso familiar y del vínculo con los adultos significativos que los niños comienzan a construirse una imagen de sí mismos y del mundo que los rodea.
Cuando un padre o madre habla, no es solo una voz: es una palabra que funda, que marca, que inscribe. Por eso, las heridas más profundas muchas veces no son físicas, sino verbales. Un comentario desvalorizante, una crítica constante o una frase dicha en un momento de enojo, pueden quedar fijadas en la memoria emocional del niño y convertirse en parte de su autoconcepto.
Los niños creen en lo que sus padres dicen de ellos. Si les decimos que son torpes, molestos o incapaces, eso empezarán a creer. Pero si los nombramos como valientes, capaces, amados, será esa la base sobre la que edifiquen su autoestima y seguridad emocional.
La neurociencia también respalda esta mirada: el lenguaje y el afecto recibido en la infancia impactan directamente en el desarrollo cerebral, especialmente en áreas relacionadas con la autorregulación emocional, la autoestima y los vínculos futuros.
Educar no es solo poner límites, también es construir con palabras. Y no cualquier palabra: palabras que abracen, que den lugar, que alienten, que sostengan. Educar con el ejemplo y con el amor dicho en voz alta.
Porque un niño que crece escuchando palabras de respeto y valoración, será un adulto más libre, más fuerte y más empático.