30/08/2025
“¿Cómo se armó el cielo?”
“¿Cómo se arman los árboles?”
“¿La luna y el sol de verdad nunca se encuentran?”
Las preguntas se te amontonan.
Es que mirás el mundo por primera vez.
Es que tu deseo de conocerlo no se agota.
Es que te asombra lo que te rodea.
Me preguntas, y yo —que ya miré el cielo infinitas veces— no sé qué responderte.
Yo —que siempre amé la belleza de los árboles— me quedo sin palabras.
¿Será que miro demasiado de prisa?
¿Cuando fue que aprendí a ver el todo y olvidé las partes?
Tu asombro me cautiva.
Tu asombro me enseña a mirar de nuevo.
Por eso te devuelvo cada pregunta:
“¿Y vos, qué creés?”
Prefiero que lo descubras solito,
que el misterio siga siendo el faro que guía tus días.
De qué serviría mi teoría sobre la luna y el sol,
si al responderte apagara tus ganas de seguir explorando.
Elijo ser copiloto en este viaje,
sentarme a tu lado mientras descubrís cada rincón de la vida.
Dejarme llevar por el zumbido de los insectos,
inventar teorías imposibles sobre los truenos,
dudar con vos del canto de los pájaros
y del crujir de las hojas al ser pisadas.
Me quedo en silencio, anclada en el presente.
Y descubro, con vos,
que vivir es asombrarse.
Guadalupe 💫