07/05/2025
Tu intestino no solo digiere comida. También digiere tu historia emocional.
Cada experiencia que no pudiste procesar, cada palabra que callaste, cada miedo que reprimiste no desaparece: baja al cuerpo. Y ahí, en silencio, se almacena como tensión, inflamación, fatiga, nudos.
El intestino no es solo un órgano. Es un centro energético profundamente conectado al plexo solar, donde habita tu poder personal, tus límites, tu fuego interno. Y está directamente enlazado con el cerebro: hay un puente por donde circulan emociones, neurotransmisores y memorias.
Lo que pensás y sentís (arriba) impacta en tu cuerpo (abajo).
Y lo que retenés en tu cuerpo (abajo) afecta tu mente, tu ánimo, tu energía vital (arriba).
No hay separación. Todo está conectado.
El cuerpo no enferma porque sí.
Enferma cuando hay incoherencia entre lo que vivís, lo que sentís y lo que sostenés.
Cuando forzás a tu cuerpo a tragar lo que tu alma ya no quiere.
💥 ¿Qué parte de vos está cargando con emociones no resueltas?
💥 ¿En qué áreas de tu vida seguís sosteniendo lo indigerible?
💥 ¿Dónde necesitás poner coherencia entre lo que pensás, sentís y hacés?
Sanar es integrar.
Es dejar de mirar la mente por un lado y el cuerpo por otro. Es escuchar el síntoma como un mensaje del alma que busca liberar lo que no puede sostener más. 🙌❤️🩹🍃
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👉 Si tu cuerpo está hablando, no lo calles. Te acompaño a mirarlo, sentirlo y transformarlo desde una visión integral: emocional, energética y física.
Escribime si querés empezar este camino de sanación con conciencia. 📱
Con ♥️, Sil.
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