Desde diferentes trayectorias personales, profesionales, formativas e institucionales, nos encontramos en un conjunto de preguntas compartidas: ¿qué tipo de comunidad construimos cuando nos vinculamos con personas con diagnóstico psiquiátrico, de diversidad funcional o discapacidad?, ¿cuáles son los lugares institucionales y comunitarios que les asignamos a esas personas?, ¿qué potencialidades y límites tienen esos lugares para construir lazos comunitarios?, ¿qué dicen, piensan y sienten esas personas?, ¿qué no pueden decir?, ¿qué sueñan?, ¿qué desean?, ¿qué pueden? Buscamos desarrollar prácticas orientadas a la salud mental que no tengan su punto de partida en garantías, sino en la pregunta por nuestro hacer: ¿qué posibilidades abrimos o cerramos cuando nos vinculamos con personas enmarcadas en aquellos diagnósticos o categorías? Nos interesa preguntarnos por las fronteras que trazamos cuando usamos categorías vinculadas a la locura y la discapacidad. Buscamos transitar esas fronteras, su entre-medio, descubrir sus pliegues, para explorar nuevos caminos. Caminos que no entendemos como soluciones ni como respuestas definitivas, sino como creación de condiciones de posibilidad para que todxs (locxs, discapacitadxs, rarxs, quien sea que tenga un dolor, un deseo o una angustia) podamos hacer comunidad. Es por esto que decidimos llamar a nuestro proyecto La Folí. En francés, folie significa locura. Pero, en este nombre que elegimos para definirnos y que al mismo tiempo modificamos al escribirlo tal como suena en nuestra lengua, hay algo que nos interesa tener como horizonte de trabajo: la permanente pregunta por la extranjeridad y la traducción. La extranjeridad es lo que muchas veces se nos presenta como lo extraño, lo raro, lo distante, lo incomprensible. Y, para hacer más familiar esa alteridad, la traducimos a nuestros lenguajes, le otorgamos nombres que funcionan como garantías. Entre la extranjeridad y la traducción estamos nosotrxs mismxs haciendo de traductorxs, ya sea como profesionales, ciudadanxs, comunidad o sociedad. Es por eso que nuestro trabajo se orienta a problematizar cómo pensamos la extranjeridad, qué relaciones establecemos entre extranjeridad y “locura” o “dicapacidad”, qué ejercicios de traducción ponemos en juego, qué lugares le damos a la lengua extranjera y qué tipo de lazos comunitarios creamos a partir de nuestras traducciones. Desde La Folí buscamos desarrollar una práctica clínica y un acompañamiento terapéutico no centrados en el “problema individual”. Nos proponemos, en cambio, promover la salud mental desde una perspectiva comunitaria. Mediante la exploración de instancias y actividades que habiliten lugares para que todxs podamos decir-nos de otro modo, queremos descubrir la potencialidad del lazo comunitario que se abre cuando la singularidad tiene un lugar. Actividades
Las actividades desarrolladas hasta el momento son dos: un taller de revista y un taller de radio. Buscamos desarrollar estas actividades como dispositivos de comunicación que permitan la experimentación y alojen de manera participativa los lugares desde los cuales cada quien desee expresar-se: la voz, la mirada, la creación artística en sus distintas formas. Es por eso que, más que medios de comunicación que ayuden a la “re-habilitación” de una persona, buscamos construir una revista y una radio como proyecto estético y político alternativo.