25/11/2025
A veces no nos damos cuenta de cuánto estamos sosteniendo hasta que el cuerpo y la mente empiezan a apagarse en silencio.
La saturación emocional no siempre se muestra como un llanto o un colapso; a veces aparece como irritabilidad mínima, desconexión interna, desánimo o ese modo automático que te hace sentir que “estás”, pero no “habitas”.
Estas señales no son debilidad.
Son el lenguaje con el que tu sistema intenta avisarte que necesitas un respiro, un límite, un espacio propio.
Si te estás identificando con alguna de ellas, esto no va de exigirte más.
Va de escucharte más.