22/05/2023
El primer año de tu hijo es un momento de grandes cambios en cuanto a la forma de alimentarse. Se requieren una gran paciencia y dedicación para conseguir que el niño consiga con éxito la adaptación progresiva a nuevos sabores, texturas y formas de alimentarse.
2. Para ir adaptando las costumbres de tu hijo, puedes empezar variando las texturas de los purés. Progresivamente podes ir abandonando la batidora por el pasapurés o el tenedor para triturar los alimentos. No debemos ofrecer alimentos correosos con los que puedan hacer bolas interminables, es preferible ofrecerles un filete ruso de carne picada que un filete entero aunque sea en trozos muy pequeños.
3. A partir del año, a los bebés les encanta mostrar cierta autonomía a la hora de alimentarse, permítele que coma pequeños trocitos de comida, empleando sus manos y sus pequeños deditos, aunque se manche. Esta práctica le ayudará a desarrollar tanto sus hábitos alimenticios como la motricidad de sus manos.
4. Se puede comenzar reduciendo algo la cantidad de puré e ir complementándolo con algún alimento que sean fáciles de comer: guisos sencillos con patatas, pescado, tortilla o plátano. (Alternarlos durante un tiempo, te asegurará que el niño sigue tomando la cantidad de alimento que precisa). Asimismo compartir el momento de la comida con él, favorecerá que quiera apropiarse de los hábitos y alimentos de los mayores: sus papás y hermanos.
5. Evitar alimentos que puedan producirles atragantamientos por su dureza o bien porque se desmenucen fácilmente. Existen en el mercado unas recetas en las que se pueden introducir frutas y otros alimentos jugosos sin peligro de que se salgan, y que permiten al bebé entrenar sus mandíbulas y sacar su jugo sin riesgos.
6. Cuando tu hijo vaya siendo algo más mayorcito, debes hacerle entender que la masticación le ayudará a tener una mandíbula fuerte como la de un cocodrilo y unos dientes sanos. Se debe evitar que se trague los alimentos enteros o poco triturados, y enseñarle a masticar despacio y repetidas veces para salivar bien el alimento, y que no forme un bolo alimenticio fácil de tragar y digerir.
*Por qué es importante la masticación para los bebés
La masticación no es sencilla de ponerla en práctica en los bebés, pero es sumamente importante para su desarrollo. Aprender a masticar es necesario por qué:
- Protege los dientes de la caries. Si el bebé sigue solo con biberón y papillas, sus dientes se ensuciarán más y aumentará el riesgo de tener caries.
- Estimula el desarrollo de los huesos y músculos de la boca.
Dr. Walter Yañez