11/11/2025
«Los poetas que no saben lo que dicen, sin embargo siempre dicen, como es sabido, las cosas antes que los demás» – Jacques Lacan, Seminario 2
“Arte y psicoanálisis comparten una resonancia originaria. Ambos se sitúan en ese territorio donde la conciencia se ve desbordada, donde el sujeto descubre que no es dueño absoluto de su decir, de su deseo, ni de su creación. Ya sea en el diván o en el taller del artista, en la escritura o en la escucha, lo que se abre es siempre un espacio en el que habla otra cosa, una dimensión que escapa al control de la razón discursiva y se impone con la fuerza de lo inesperado.
Podemos reconocer al menos tres líneas de encuentro entre la práctica analítica y la creación artística. En primer lugar, su relación privilegiada con el inconsciente: los artistas fueron los primeros en dar testimonio de esa alteridad —a través de la inspiración divina y sus intentos de representar los sueños o las visiones— y el psicoanálisis supo acoger esa alteridad que habla y que atraviesa cada sujeto. En segundo lugar, el modo en que ambos recurren a formas de expresión alternativas a las comunes de la comunicación: metáforas, desplazamientos, lenguajes poéticos que permiten acoger lo invisible... Finalmente, arte y psicoanálisis coinciden en sostener una experiencia que no se clausura, que no ofrece respuestas definitivas, sino que deja abierto el espacio para un encuentro con lo que se encuentra más allá de los límites del sentido”.
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