04/11/2025
Ser agradecido expande el pecho y recibir la gratitud relaja la caja torácica. La gratitud está estrechamente conectada con los dos procesos biológicos más importantes que ocurren en nuestro corazón: La contracción (sístole) y la relajación (diástole). Cuando agradeces el corazón expulsa sangre hacia fuera. La sangre lleva más oxígeno hacia todo tu organismo, por lo tanto más presencia. Le estas diciendo al otro: “Mi existencia es más plena gracias a tu participación”. Es decir, dar las gracias nos conecta con la vida, con la salud y con la abundancia. Cuando recibes la gratitud el corazón se llena de sangre. Ahí sientes que tu vida tiene un propósito que te trasciende y que has servido a un bien mayor. El otro te está diciendo: “Tu existencia tiene valor”. Es decir, cuando te agradecen, conectas con el plan de tu alma. Por lo tanto, el movimiento de la sangre en nuestro cuerpo refleja la capacidad que tenemos de ser agradecidos y a su vez de tomar la gratitud. Así que, los problemas circulatorios pueden indicar dos cosas: Que estoy reteniendo mi gratitud o que no la estoy tomando.
podemos observar que muchas personas acumulan en su cuerpo demasiados “gracias” no dichos (generalmente acompañados con síntomas de hinchazón en los brazos, piernas/pies) y muchas otras personas no han sabido tomar la gratitud que les han transmitido los demás (generalmente acompañados con síntomas de frío en los brazos, piernas/pies). Detrás del hinchazón en las extremidades se esconde una frase invisible: “No es suficiente”. Detrás del frío en las extremidades se esconde una frase invisible: “No pertenezco a la vida”. Quiero darte un ejercicio poderoso. Visualiza delante de ti a tu izquierda todas las personas que te han ayudado y a tu derecha todas las personas que has ayudado. Y dices una frase sanadora: “Gracias por enseñarme a recibir. Gracias por enseñarme a dar”.
Que este día te sea maravilloso lleno de Dios y gratitud.
Namaste 🙏