29/10/2025
DÓNDE ENCONTRAR A DIOS.
He conocido a muchas personas famosas.
He conocido y pasado tiempo con celebridades, gurús espirituales, influencers; algunos con millones de seguidores y cientos de millones en el banco.
He visto algo terriblemente oscuro bajo la superficie.
He visto por qué la fama puede ser tan vacía. Por qué tantos artistas, gurús, celebridades, líderes religiosos y personalidades de las redes sociales terminan sufriendo en silencio, incluso mientras el mundo los venera (o más bien, la imagen que han construido).
Porque cuando te pierdes en tus producciones (tu arte, tus enseñanzas, tu imagen, incluso tus propias opiniones), y cuando empiezas a vivir para los fans, los "me gusta", los aplausos, el dinero, la notoriedad, el "amor", y cuando buscas la "exclusividad" en lugar de la conexión verdadera, poco a poco te conviertes en un intérprete de tu propia vida.
Y poco a poco mueres por dentro.
Te ven millones, sí, pero rara vez te conectan de verdad. Ya no se recibe de esa manera profunda e instintiva: a través del tacto, la oxitocina, la vulnerabilidad, la presencia compartida.
Tu cuerpo clama por conexión… en el agujero negro de un algoritmo sin rostro.
Así que, al final,
la fama, el dinero, el éxito,
padecen en comparación
con la gloria sagrada de lo cotidiano.
Con los momentos frágiles, tiernos, llenos de gracia, los momentos no transmitidos de la vida real.
Con los desayunos en familia.
Con abrazar a tu pareja en la oscuridad cuando tiembla.
Con ver a tu hijo dormirse en tu pecho.
Deja que tus seguidores y admiradores se alejen si es necesario.
Deja que los falsos ídolos se derrumben, los falsos yoes y la falsa e inconstante adulación del mundo.
Quema la imagen antes de que sea demasiado tarde y entra en tu propia vida, porque ahí es donde encontrarás a Dios y ahí es donde te encontrarás a ti mismo.
- Jeff Foster-