22/04/2015
HALITOSIS
La Halitosis, también conocida como mal aliento, se define como el conjunto de olores desagradables que se emiten por la boca. Es un problema que afecta una de cada dos personas.
Se considera un problema de carácter social relacionado con una higiene bucal deficiente o con enfermedades de la cavidad oral, aunque en ocasiones puede ser una manifestación de alguna otra patología.
ORIGEN
En función de su origen, existen dos tipos de Halitosis: la Halitosis oral y la Halitosis extraoral.
La Halitosis oral proviene de la propia cavidad oral y se debe principalmente a la acumulación de placa bacteriana en la lengua. Aunque también puede estar causada por otras situaciones como: problemas periodontales, caries dentales, hábito de fumar, entre otras. Según múltiples estudios científicos, la Halitosis oral corresponde al 90% de casos.
Cuando la halitosis se origina fuera de la cavidad oral, se denomina Halitosis extraoral. Se debe principalmente a trastornos sistémicos, del tracto respiratorio superior/inferior, del sistema digestivo, así como enfermedades hepáticas o renales. Y ésta corresponde al 10% de los casos.
CAUSAS
Las causas de la Halitosis oral pueden ser patológicas y no patológicas.
Las no patológicas serían: Aliento Matutino, Edad, Protesis Dentarias, Farmacos, Tabaco, Periodos de Ayuno, Dietas.
Las causas patológicas:
Enfermedad periodontal, caries.
Higiene oral deficiente, la falta de eliminación de biofilm oral (placa bacteriana), provoca el crecimiento bacteriano. Los lugares donde se suelen acumular las bacterias son la lengua, espacios interproximales, área subgingival, abscesos. La lengua es la localización de mayor predominio de las bacterias anaerobias en la boca.
Causas ulcerativas: úlceras traumáticas, infecciosas, estomatitis.
Faringe: infecciones víricas, bacterianas o fúngicas.
Necrosis por radioterapia y quimioterapia en pacientes con neoplasias.
Las causas de la Halitosis extraoral podrían ser: nasales (sinusitis), enfermedades digestivas, enfermedades respiratorias, enfermedades sistémicas (diabetes mellitus mal controlada, infección renal, disfunción hepática, Síndrome de Sjögren, artritis reumatoide, etc.).