30/11/2025
En el camino por Río Hurtado, pasando por Serón, vi algo que me dejó pensando.
A un lado, la ruralidad más pura: casas sencillas, tierra seca, vida austera, gente que todavía vive al ritmo del sol y del silencio.
Y a unos kilómetros, en lo alto del mismo valle, uno de los objetos más avanzados de la ingeniería humana: el Observatorio Vera Rubin, preparado para mapear el cielo austral entero.
Me impresionó ese contraste.
Cómo en un mismo paisaje conviven dos tiempos:
el pasado profundo y el futuro distante.
La vida humilde del campo y la tecnología que mira millones de años hacia atrás, hacia un universo que existió antes que nosotros.