25/08/2020
Sabemos que la lactancia puede depararnos algunas situaciones inesperadas, como ciertas crisis que se producen a lo largo de ella o sentimientos de rechazo como los que se desencadenan durante la agitación del amamantamiento. Pero existe una condición muy poco conocida y de la que poco se habla, y que muchas mujeres la atraviesan sin saber de qué se trata y, por lo tanto, sin poder explicarse qué es lo que les pasa.
Es una sensación muy displacentera, con connotaciones de depresión, tristeza, irritabilidad y sentimientos negativos que la madre experimenta apenas el bebé comienza a succionar el pecho y que dura apenas unos minutos, para luego desaparecer. Es lo que se conoce como Reflejo de Eyección de Leche Disfórico o D-MER por sus siglas en Inglés (Dysphoric Milk Ejection Reflex).
No tiene que ver con dolor al amamantar ni con la depresión posparto. Tampoco es una cuestión de índole psicológica, sino que es una cuestión química, hormonal. Según se ha estudiado, es una inadecuada actividad de la dopamina, una de las hormona intervinientes en la lactancia, que se produce específicamente en el momento de la bajada de la leche (a veces se produce sólo en la bajada inicial al comienzo de la ma**da, y otras veces se produce a lo largo de toda la toma, durante las diferentes bajadas de la leche que se desencadenan mientras el bebé mama). Es un sentimiento muy intenso según describen las mujeres que lo padecen, que suele aparecer entre los 5 y 10 días posparto, y que se diluye poco tiempo después que la leche sale del pecho, aproximadamente a los 2 minutos de iniciada la ma**da.
A veces, dependiendo de la intensidad del D-MER en cada mujer, estos sentimientos pueden aparecer también durante la extracción manual o mecánica de leche, durante bajadas de leche espontáneas entre tomas, al rozar los pechos con alguna ropa o al escuchar a un bebé llorar.
La aparente explicación a este fenómeno es una caída abrupta de la dopamina al inicio del reflejo de eyección, cuando la prolactina necesita elevarse. A todas las mujeres lactantes se les producen estas variaciones hormonales, pero a las madres con D-MER pareciera que el descenso de la dopamina es especialmente rápido o intenso. La dopamina es una hormona conocida por influir en el estado de ánimo y su comportamiento inapropiado causa reacciones disfóricas, como en este caso, asociadas a la lactancia.
Se ha hecho una clasificación de tres niveles diferentes de D-MER de acuerdo a su intensidad: el nivel leve, donde aparecen sentimientos de tristeza, miedo o agobio; el nivel moderado, en el que las mujeres refieren ansiedad, irritabilidad y pánico; y el nivel severo, donde la sensación es de ira, desesperación, con indicios de agresividad.
La duración de esta condición puede variar también. Hay mujeres que dejan de experimentar estos sentimientos luego del primer trimestre posparto y en el otro extremo, otras dejan de padecer los síntomas solo cuando destetan. La realidad es que conociendo la causa que produce el malestar, es posible para la madre entender qué le está pasando y cuáles son sus posibilidades para hacerle frente. Algunas lo sobrellevan sin ningún tratamiento, mientras otras necesitan de alguna medicación que las ayude a elevar el nivel de dopamina para que el D-MER se atenúe.
Muchas mujeres, ante el desconocimiento que existe sobre esta problemática, son mal diagnosticadas con "depresión posparto" y expuestas a tratamientos que no brindan ninguna mejoría porque están buscando resolver un problema que no es. Entender que esto es un asunto fisiológico e incontrolable para las madres que lo padecen, alivia de mucha culpa a tantas mujeres que se sienten hasta avergonzadas de describir lo que sienten, cuando la teoría dice que la lactancia debería ser un acto placentero y amoroso.
Es fundamental la divulgación de esta anomalía para que tanto madres como profesionales puedan identificarla y tratarla adecuadamente.
Más información en www.d-mer.org
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