15/09/2017
Dios está en la profundidad de nuestra aflicción
55 Invoqué tu nombre, oh Jehová, desde la cárcel profunda;
56 Oíste mi voz; no escondas tu oído al clamor de mis suspiros.
57 Te acercaste el día que te invoqué; dijiste: No temas.
58 Abogaste, Señor, la causa de mi alma; redimiste mi vida.
59 Tú has visto, oh Jehová, mi agravio; defiende mi causa.
Lamentaciones 3:55 -59
El profeta Jeremías trataba de entender el porque de tanto sufrimiento y horror que su pueblo comenzaba a vivir, miraba los niños, los jóvenes, las madres, en su dolor, como teniendo un Dios tan grande permitía esto, en su lamentacion no lo podía soportar, pero cuando Dios le mostró la condición de su pueblo, lo lejos que estaban de El, las abominaciones que en lo oculto hacían y tantas cosas terribles, como aun sacrificar a sus propios hijos por sus anhelos, ambiciones y deseos.
Entendió entonces, que en el amor de un Padre también hay justicia y juicio, el Padre que ama disciplina, Dios quiere limpiar de tal forma nuestras vidas para morar en nuestros corazones y así ser bendecidos, todo lo que nos sucede está bajo su control, sea lo que sea, y de todo lo vivido, si nos sujetamos a Dios, abra propósito y fin, hoy tenemos al ser mas hermoso, Jesucristo, que como dice su palabra en Hebreos cap. 4, que nos comprende porque vivió con nosotros y vive aún, fue tentado en todo pero no pecó, padeció, fue traicionado, golpeado, herido, molido por culpa de nosotros, pero ahora esta a diestra de Dios Padre todopoderoso, para mediar por ti y por mi.
búscalo, conocelo, ámalo, ríndete a Él y verás que pronto responderá y lo que hemos vivido abra sido el trampolín que nos llevará a su presencia eterna en los cielos, Cristo viene por su iglesia, pero esta debe estar preparada, limpia y atenta.
Muchas bendiciones