Sanación Cuántica

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11/08/2025

La similitud que encontramos entre símbolos como el rehue mapuche, los moai rapanui y, si se quiere, la cruz del cristianismo, no es una simple coincidencia histórica. Más bien, es un fascinante ejemplo de convergencia cultural.
Estas culturas, sin haber tenido contacto entre sí, llegaron a una conclusión similar: la necesidad de crear un objeto físico para materializar sus creencias, su identidad y su conexión con lo trascendental. En lugar de ser un concepto impuesto, estos símbolos son una proyección de la propia psique humana.
El moai no es solo una estatua, sino un guardián de los ancestros que ordena el mundo rapanui. El rehue no es solo un pilar, sino un portal que organiza el universo espiritual mapuche. La cruz, a su vez, ancla la fe de toda una comunidad en un evento histórico. Todos ellos cumplen una función vital: actúan como un ancla visible y palpable para la memoria, la historia y la pertenencia colectiva.
En esencia, lo que estas representaciones nos muestran es que el ser humano, en su búsqueda de sentido, tiende a proyectar sus propias necesidades de orden, protección e identidad en el mundo que lo rodea, dándole así forma a lo que no puede ver.
Rodrigo Fuenzalida Morales

01/08/2025

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