05/09/2018
Cómo florecen los servicios de terapias alternativas y de autoayuda, que paradójicamente rompen el concepto en sí. De ser de autoayuda, no debiera ser en base a algo impuesto externamente.
La verdadera autoayuda, o al menos la inspiración desde donde vendrá lo que creemos querer, disfrazado hasta revelar lo que realmente necesitamos, está en, y parte de, la propia relajación, el silencio interior.
Vivimos rodeados de ruido, sobre todo en estos tiempos.
Ruido exterior, pero más que nada ruido interior, muchas voces, algunas contradictorias, que discuten, nuestros padres, nuestra persona (según Maslow - la máscara que ponemos al mundo, que formamos según lo que pensamos que debemos mostrar para ser aceptados y validados)
Veo mucha gente, mucho más que antes, que anda en piloto automático, reproduciendo este ruido interior, con mirada perdida, murmurando, incluso hablando sola.
Busquemos el silencio interior, primero. De ahí viene la claridad. Toda autoayuda parte de la propia sabiduría.
Y ésa viene en silencio.
Como la mente está mal acostumbrada a vivir preocupada de pensar en algo todo el tiempo, es difícil no pensar en nada.
Pero no es imposible.
Tratémoslo como a un niño inquieto, con ternura pero tomando el control: sugiero que se le debe dar una tarea simple y repetitiva, concentrarse en algo.
Sugiero la propia respiración.
De ahí viene esa idea de "fijarse en un solo punto", para inducir estado primero meditativo, y luego hipnótico. No son lo mismo.
Sólo con eso, y respirar profundamente, en pocos minutos se puede acceder a algo medianamente más tranquilo que el mundano ruido mental de cada día.
Y como con cualquier otro ejercicio, mientras más lo haga, mejor resultará.