19/01/2022
LA CULPA
En nuestras vidas experimentamos sensaciones de todo tipo, a través de las situaciones que vivimos, aquellas que nos producen bienestar y nos resultan agradables, las que llamamos positivas; y las que nos incomodan y con las que lo podemos llegar a pasar realmente mal, las que llamamos negativas. La culpa se sitúa en estas últimas.
Nadie se libra de haber experimentado esta sensación que puede llegar a resultar destructiva. La culpa puede tener unas raíces muy profundas, por haberse desencadenado desde nuestra tierna infancia y acompañarnos cuando somos adultos.
Muchas de las frases que recibimos en nuestros primeros años de vida pretendían controlar nuestro comportamiento generando culpa: “Eso que acabas de hacer está muy mal, deberías avergonzarte de ello”.
El sentimiento de culpa es muy común entre los seres humanos, aunque en unos más que en otros. Podemos adoptar el rol de culpables con un victimismo latente, alimentando nuestro venenoso fuego con una leña cargada de recuerdos en los que se agolpan todos los daños que hemos causado.
Una opción alternativa y mucho más interesante consiste en adoptar la actitud de no malgastar energía en lo pasado y mirar hacia delante, procurando no cometer los mismos errores. Sin embargo, en ocasiones el sentimiento de culpa puede llegar a ser tan fuerte que puede manifestarse de manera notoria a través de las siguientes señales:
• Físicas: la activación psico fisiológica del sentimiento de culpa se manifiesta con dolores en el pecho, estómago, presión en la cabeza y molestias en la espalda.
• Emocionales: irritabilidad, nerviosismo, y es frecuente que lo identifiquemos como algo parecido a la tristeza.
• Mentales: auto reproches, autoacusaciones y pensamientos destructivos de la autoestima y valía de uno mismo.
Forma parte de nuestra responsabilidad intentar comprendernos sin caer en la propia desvalorización, autocastigarnos o descalificarnos, pensando injustamente que somos malos o egoístas y no hay nada que hacer al respecto; esto nos lleva a un bucle en el que perdemos el tiempo y nos autodestruimos sin solucionar nada, ni emprender las acciones que llevan a la solución externa y la de nuestro conflicto interno.
PINE(PINO)
La esencia entrega aceptación y respeto a sí mismo, mesura y objetividad en los juicios, para personas que constantemente se culpan a sí mismas y nunca están satisfechas de sus esfuerzos y logros.