26/04/2017
*INFORMACIÓN IMPORTANTE PARA LA SALUD DE TU MASCOTA*
Las mascotas pueden alojar parásitos, tanto internos como externos, que pueden afectar negativamente a su salud, incluso a veces pueden transmitirse a los seres humanos y a otros animales.
Los parásitos pueden ser internos o externos. Los parásitos internos son los que viven en el interior del cuerpo del animal, sobre todo en el intestino. Pueden ser de dos tipos:
• Lombrices planas (Cestodos o Tenias)
• Lombrices redondas (Nematodes)
Si nuestra mascota se ha infectado lo podemos reconocer por varios síntomas que pueden ser diversos. Hay algunos, como el Echinococcus granulosus, que no produce síntomas en el animal y, sin embargo, los huevos que son eliminados en sus heces pueden resultar peligrosos si son ingeridos por humanos o por otros animales. La larva se enquista produciendo “Quistes Hidatídicos”, normalmente en el hígado, produciendo graves desordenes.
Las lombrices producen síntomas, de los cuales los más habituales son las alteraciones gastrointestinales (vómitos, diarreas, hemorragias). Incluso podrían producir obstrucciones intestinales, anemias e alteraciones nerviosas en infestaciones muy severas.
Los parásitos externos los encontramos en el exterior del animal, a menudo de forma visible. Los más frecuentes son:
• La Garrapata es un ácaro que se alimenta de la sangre de su huésped. Permanece enganchada a él mientras se alimenta y luego se desprende. En el animal puede producir prurito y dermatitis. También puede transmitirle graves enfermedades como la Ehrlichiosis, que en estadíos graves podría resultar mortal para el animal.
• La Pulga es un pequeño insecto saltador que se alimenta de sangre. Su picadura produce un molesto escozor. Su saliva puede dar lugar a reacciones alérgicas que producen erupciones cutáneas más o menos importantes en función de la intolerancia.
• El Mosquito es un molesto insecto que puede causar en nuestra mascota graves, incluso a veces mortales enfermedades como la Leishmaniosis.
Aunque debe ser el veterinario quien nos indique los tratamientos y pautas, según la especie, el tamaño y la edad del animal, comentamos los tratamientos de prevención más habituales en animales sanos:
Si el animal es adulto y para parásitos internos generalmente se aplica el tratamiento durante todo el año, cada 3 meses. Habitualmente será mediante un comprimido, pipetas o inyectables.
Si, por el contrario, son parásitos externos, tanto la posología como la duración del tratamiento varía según el producto elegido. Generalmente la protección dura entre 1 o 3 meses. . Los formatos habituales suelen ser sprays, pipetas, collares y actualmente comprimidos masticables.
Los cachorros son especialmente vulnerables a los parásitos por lo que debemos prestar especial atención a ellos en este tema.
Al poco de nacer, se les debe desparasitar de lombrices intestinales y de protozoos parásitos. Pasados unos meses, se puede iniciar la desparasitación externa teniendo cuidado con el tipo de producto por la toxicidad de los mismos.