10/11/2025
Cerrar un ciclo no siempre significa dejar algo atrás. A veces se trata de reordenar la mirada, de volver a ver el camino con una nueva conciencia, de agradecer lo que nos formó, aunque no haya sido perfecto.
La gratitud no es solo una emoción bonita, es una fuerza de orden que nos ayuda a mirar el pasado sin quedarnos atrapados en él. Cuando logramos agradecer lo que fue —sin idealizarlo ni resistirlo— algo dentro de nosotros se acomoda, y el presente deja de sentirse como una carga.
Desde ahí aparece una nueva acción: mirar lo que es. Y mirar no es quedarse quieta; mirar es un acto vivo. Es reconocer lo que hoy está disponible, lo que sí tengo, lo que puedo elegir, lo que depende de mí. Esa mirada lúcida nos devuelve fuerza y nos permite movernos con más claridad. Nos rendimos ante las resistencias y vivimos los duelos de lo que no fue. Miramos lo que hay con claridad y rendición.
Y entonces, la vida vuelve a fluir hacia adelante. No desde el control, sino desde una mezcla de confianza y responsabilidad: confianza en el orden mayor de la vida, y responsabilidad con mi propio paso. Soy consciente de mis capacidades y lo que tengo que hacer para abrir el camino, pero también confío en que aquello que hago va a atraer a mi lo que me está esperando.
Cuando estoy en paz con lo que fue y lo que es, mi disponibilidad para abrir caminos y tomar lo que me espera aumenta. Porque no hay expansión sin gratitud, ni dirección sin presencia.
🌾
Si estás cerrando un ciclo o sientes que algo en tu vida necesita ordenarse, preparé un workbook gratuito con ejercicios para acompañarte a agradecer, mirar y abrir espacio a lo nuevo con conciencia.
💛 Comenta GRATITUD para recibir la guía.
Con cariño,
Jose