Ayahuasca - Yagé Tejedores de conciencia Colombia Psicoterapia Natural

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Ayahuasca - Yagé Tejedores de conciencia Colombia Psicoterapia Natural El que no vive para servir, no sirve para vivir. 🙏🥁🙏

🌿 Adicciones: un mapa humano, profundo y simbólico de sus raícesPor Nelson Enrique Zamora Psicoterapeuta Transpersonal L...
03/12/2025

🌿 Adicciones: un mapa humano, profundo y simbólico de sus raíces

Por Nelson Enrique Zamora
Psicoterapeuta Transpersonal

La adicción no es un defecto ni un castigo: es un síntoma con sentido, un lenguaje del cuerpo y de la historia que revela heridas no atendidas, vacíos heredados y emociones que buscan salida. Cada sustancia y cada conducta compulsiva son símbolos que hablan de la relación con el padre, la madre, la familia y el entorno. Comprenderlos es traducir un mensaje que pide reparación, no justificar el daño.

💊 Adicciones a Sustancias

1. Alcohol
- Padre: refleja ausencia de guía o modelo de evasión; muchas veces el padre bebía para callar su dolor.
- Madre: simboliza falta de contención emocional; el hijo bebe para anestesiar la angustia que ella no pudo sostener.
- Familia: ritual heredado, se bebe para pertenecer, para callar secretos o duelos no elaborados.
- Entorno: legitimado como celebración, pero en lo profundo es un intento de silenciar la soledad.
- Simbolismo: anestesia frente a la vergüenza, búsqueda de olvido y pertenencia.

2. Tabaco / Cafeína
- Padre: gesto de autoridad, imitación de su forma de marcar límites.
- Madre: ansiedad heredada, necesidad de calma.
- Familia: hábito cotidiano transmitido como normalidad.
- Entorno: legitimado como “funcionar” o “rendir”.
- Simbolismo: sostener la tensión, ritual para no detenerse.

3. Opioides (he***na, morfina, analgésicos)
- Padre: herencia de sufrimiento físico o emocional negado.
- Madre: desconexión de la angustia no contenida.
- Familia: sistemas donde el dolor fue castigado o invisibilizado.
- Entorno: ofrecidos como alivio médico.
- Simbolismo: huida radical del cuerpo y de la memoria.

4. Estimulantes (co***na, anfetaminas, metanfetamina)
- Padre: exigencia de rendimiento y éxito.
- Madre: necesidad de ser visto y reconocido.
- Familia: mandatos de productividad y sacrificio.
- Entorno: legitimados como potenciadores.
- Simbolismo: llenar el vacío de identidad con energía artificial.

5. Cannabis
- Padre: evasión de mandatos rígidos.
- Madre: búsqueda de protección frente a exigencia emocional.
- Familia: sistemas con ternura escasa y rigidez abundante.
- Entorno: recreación social.
- Simbolismo: refugio frente a la dureza del mundo.

6. Sedantes / Hipnóticos (benzodiazepinas, barbitúricos)
- Padre: silencio frente a la angustia, modelo de negación.
- Madre: miedo heredado, ansiedad que nunca se nombró.
- Familia: sistemas donde las emociones fueron prohibidas.
- Entorno: legitimados como tratamiento.
- Simbolismo: apagar la voz interna que pide ayuda.

7. Alucinógenos (L*D, mezcalina)
- Padre: huida de la rigidez.
- Madre: búsqueda de conexión espiritual.
- Familia: sistemas sin propósito o sentido.
- Entorno: exploración alternativa.
- Simbolismo: necesidad de otra visión cuando la realidad pesa demasiado.

8. Inhalantes
- Padre: carencias materiales y afectivas.
- Madre: urgencia de escapar de entornos hostiles.
- Familia: pobreza y abandono.
- Entorno: marginalidad normalizada.
- Simbolismo: grito desesperado de pertenencia.

9. Esteroides / Sustancias nuevas
- Padre: mandatos de fuerza y apariencia.
- Madre: búsqueda de aprobación estética.
- Familia: valor medido por la imagen.
- Entorno: legitimados como mejora.
- Simbolismo: compensar inseguridad y falta de reconocimiento.

🧠 Adicciones Comportamentales

10. Juego patológico
- Padre: búsqueda de fortuna como escape de carencias.
- Madre: necesidad de seguridad nunca recibida.
- Familia: destino negociado con azar.
- Entorno: entretenimiento legitimado.
- Simbolismo: negociar con la vida, ilusión de control.

11. Tecnología / Redes sociales
- Padre: ausencia de presencia real.
- Madre: necesidad de conexión emocional.
- Familia: comunicación escasa.
- Entorno: progreso normalizado.
- Simbolismo: refugio frente al vacío relacional.

12. Hipersexualidad / S**o, Pornografía
- Padre: secretos y vergüenza heredados.
- Madre: búsqueda de afecto no recibido.
- Familia: sexualidad tabú o abusada.
- Entorno: libertad aparente.
- Simbolismo: llenar la carencia de ternura con placer compulsivo.

13. Workaholism (adicción al trabajo)
- Padre: mandatos de productividad y sacrificio.
- Madre: necesidad de demostrar valor.
- Familia: amor condicionado al logro.
- Entorno: éxito premiado.
- Simbolismo: miedo a no valer sin logros.

14. Compras compulsivas
- Padre: reconocimiento material.
- Madre: consuelo externo.
- Familia: afecto reemplazado por objetos.
- Entorno: consumo legitimado.
- Simbolismo: comprar identidad y llenar vacío.

15. Ejercicio extremo / Vigorexia
- Padre: mandatos de fuerza y perfección.
- Madre: aprobación estética.
- Familia: valor medido por apariencia.
- Entorno: salud legitimada.
- Simbolismo: miedo a no ser suficiente.

16. Atracones / Trastornos alimentarios
- Padre: ausencia de cuidado.
- Madre: dificultad de nutrirse de afecto.
- Familia: alimento como control o carencia.
- Entorno: dietas normalizadas.
- Simbolismo: llenar vacío de amor con comida.

17. Dependencia afectiva
- Padre: pérdidas y separaciones no elaboradas.
- Madre: necesidad de pertenencia y seguridad.
- Familia: amor condicionado.
- Entorno: romanticismo legitimado.
- Simbolismo: entregar autonomía para asegurar compañía.

Cada una de estas expresiones adictivas es, antes que nada, un intento de resolver una herida: calmar la vergüenza, contener la ansiedad, silenciar el dolor, recuperar un lugar en la familia o en la sociedad. En muchos casos la conducta reproduce lealtades invisibles: patrones que se transmiten como guiones familiares y que se activan cuando la vida exige sentir lo que no fue permitido sentir.

- El cuerpo habla primero: los impulsos, los antojos y las urgencias son mensajes somáticos. Escucharlos sin juzgar permite identificar la emoción que los alimenta.
- La historia pesa: reconocer la herencia transgeneracional desactiva la repetición automática. Nombrar pérdidas, secretos y mandatos libera elección.
- El sistema sostiene: la familia y el entorno pueden contener o perpetuar la adicción. Cambiar requiere transformar relaciones, límites y rituales.
- La espiritualidad práctica: no es dogma; es aprender a habitar el vacío sin rellenarlo, a sostener el dolor sin huir y a crear rituales que devuelvan sentido.

La adicción no es una excusa: es una herida que se abrió mucho antes de que la sustancia llegara a la vida. Una herida que habla de vacíos, de dolores no atendidos, de historias que nadie escuchó a tiempo. No justifica el daño, pero explica el fondo. Y sólo cuando se reconoce esa realidad, comienza el camino para dejar de repetirla.

Esa herida convierte a la persona en un campo de batalla interno. Por fuera se ve descontrol, enojo, mentiras o fuga; por dentro hay miedo, vergüenza y un intento desesperado de no sentir. La adicción toma fuerza precisamente ahí, en lo que nunca se dijo, en lo que nunca se sanó. No es una defensa válida, pero sí un recordatorio de que ningún dolor desaparece escondiéndolo.

Sanar implica aceptar que la responsabilidad también es parte del tratamiento. La herida existe, pero permanecer en ella es una elección. La recuperación empieza cuando la persona deja de justificarse y decide mirarse sin filtros, sin pretextos. Porque la adicción no define a nadie, pero la valentía de enfrentarse a sí mismo sí puede transformar toda una vida.

Mensaje

La adicción no se vence con culpa ni con fuerza de voluntad sola. Se transforma con presencia, comunidad, trabajo sostenido y honestidad. La libertad no es solo abstinencia: es recuperar la capacidad de elegir, de sentir y de pertenecer sin depender de un estímulo que anula la vida.

“Las adicciones no son defectos, son símbolos. Cada sustancia y cada conducta revelan nuestra historia. Escuchar ese mensaje es el primer paso para transformar la herencia y recuperar la libertad.”

03/12/2025
Ceremonia de Yagé para Bogotá – Despedida del Año 2025 🌿Con respeto y gratitud, invitamos a quienes sientan el llamado d...
03/12/2025

Ceremonia de Yagé para Bogotá – Despedida del Año 2025 🌿

Con respeto y gratitud, invitamos a quienes sientan el llamado de la sagrada medicina del Yagé al encuentro con el Taita Javier Alfonso Lucitante y su familia, autoridad tradicional del pueblo indígena Cofán de Santa Rosa de Sucumbíos, Putumayo.
Heredero por linaje de su padre Taita Guillermo Lucitante Yaiguaje y de su abuelo Elías Lucitante, gran curaca que vivió hasta los 115 años transmitiendo su ciencia, Javier comparte junto a sus hijos el amargo-dulce Yagé, con amor, humildad y respeto por la tradición.

🗓️ Fecha: Sábado 13 de diciembre de 2025, 7:00 p.m.
📍 Lugar: San Antonio del Tequendama, Hospedaje Campestre Las 3 Palmas (km 21 vía Bogotá–Mesitas)

📌 Ubicación en Google Maps o Waze:
https://maps.app.goo.gl/wfvGGLvye8sLiWtr5

🚍 Transporte público: Desde Terminal del Sur o Salitre, toma un bus hacia Mesitas del Colegio. Pregunta el precio antes de subir y di que vas para Pueblo Nuevo. Bájate al lado del restaurante Villa Loren.

Ceremonia de Final de Año ✨
Este encuentro será también la ceremonia de cierre y despedida del año 2025, un espacio para agradecer lo vivido, liberar cargas y abrir el corazón a los nuevos caminos que trae el 2026.
- Nos reuniremos en círculo para honrar los aprendizajes del año que termina.
- Se sembrarán intenciones de claridad, salud y armonía, junto con símbolos de renovación, esperanza y fortaleza para el ciclo que inicia.
- La medicina del Yagé nos acompañará en este tránsito, iluminando la memoria y el espíritu con fuerza renovadora.

¿Para qué sirve el Yagé?
El Yagé, conocido también como Ayahuasca, es una planta visionaria y medicinal utilizada por los pueblos amazónicos desde tiempos ancestrales.
- Favorece la sanación en los planos mental, emocional y físico.
- Ayuda a liberarse de adicciones y hábitos dañinos.
- Promueve el despertar espiritual y la conexión con el amor y el sentido verdadero de la vida.
- Enseña sobre la convivencia familiar y social, mostrando caminos de equilibrio y respeto.

Recomendaciones
- Mujeres embarazadas y en periodo menstrual: abstenerse de asistir.
- Contraindicaciones: esquizofrenia, bipolaridad, ansiedad severa, tratamientos psiquiátricos activos, problemas cardíacos graves o condiciones médicas delicadas (consulta previa obligatoria).
- Dieta previa (mínimo 2 días): preferir frutas, verduras, caldos suaves y cereales simples. Evitar carnes rojas, fritos, lácteos, cítricos, picantes, alcohol, ma*****na y sustancias psicoactivas.
- Llegar con propósito, respeto e intención clara.
- Llevar carpa, abrigo, colchoneta, manta, ropa extra, agua, papel higiénico, un velón blanco y alimento para compartir en la mañana.

Aporte
$100.000 por persona, destinado a cubrir gastos de viaje y logística del Taita y su familia.
Incluye rapé, yagé y acompañamiento médico-psicoterapéutico natural si es requerido.

Reservas e Informes:
📲 3166104682
📲 3219504637
📲 3124192751

Vía WhatsApp Directo:
https://wa.me/573166104682
https://wa.me/573234582980
https://wa.me/573124192751

Cupos limitados. Reserva con tiempo y llega puntualmente para honrar el círculo.
Que esta ceremonia de despedida del 2025 sea un puente de luz hacia el nuevo año, sembrando claridad, salud, armonía, renovación, esperanza y fortaleza.
Bendiciones, salud y larga vida para todos y todas.

Invita, Escuela de Sanación Inti en Ti - Madre Luna.

Lo que vibra en ti, se nota. Y se siente.Por Nelson Enrique Zamora Psicoterapeuta Transpersonal Escuela de sanación Inti...
02/12/2025

Lo que vibra en ti, se nota. Y se siente.

Por Nelson Enrique Zamora
Psicoterapeuta Transpersonal
Escuela de sanación Inti en Ti - Madre Luna

No es magia ni teoría. Es lo que emanas cuando no estás fingiendo. Cuando ya no puedes sostener lo que no te representa. Tu energía habla antes que tú. Y no se disfraza. Se filtra en tus decisiones, en tus silencios, en lo que permites y en lo que ya no toleras.

La gente que llega a tu vida no lo hace por casualidad. Llega porque algo en ti la llama. A veces es tu luz, a veces tu herida. A veces para acompañarte, a veces para mostrarte lo que aún no has querido ver. No es castigo, es ajuste. Es la vida diciéndote: “Esto eres ahora. ¿Lo reconoces?”

Tu tribu no es la que te aplaude. Es la que te ve. La que te confronta con amor. La que no necesita que expliques nada porque ya lo siente. No se busca, se convoca. Y llega cuando dejas de querer encajar y empiezas a vivir en coherencia.

No es que pierdas personas cuando cambias. Es que dejas de sostener vínculos que ya no tienen sentido. No es egoísmo, es madurez. No es rechazo, es respeto. Cada quien tiene su camino, y no todos van en la misma dirección. Forzar lo que ya no vibra contigo es como intentar respirar bajo el agua: te ahogas.

La vida te pone frente a lo que necesitas para crecer, no a lo que deseas para distraerte. Si estás rodeado de caos, no lo maldigas: míralo. Si te sientes solo, no lo tapes: escúchate. Si todo se desarma, no corras: respira. Porque ahí, justo ahí, está la puerta.

Y si quieres otra realidad, no la pidas: encárnala. Sé tú el tipo de persona que quisieras tener cerca. Sé el respeto que reclamas, la paz que anhelas, la verdad que admiras. No para que te lo devuelvan, sino porque ya no puedes vivir de otra forma.

Cuando te vuelves honesto contigo, el universo se acomoda. No para complacerte, sino para reflejarte. Y ahí aparece tu tribu: no perfecta, no igual a ti, pero sí real. Gente que no necesita que seas fuerte todo el tiempo. Que no te exige que brilles, pero celebra cuando lo haces. Que no te salva, pero camina contigo.

Tu vibra no atrae tu tribu. Tu vibra la crea. Porque lo que eres, en esencia, es lo que se manifiesta. Y cuando eso es claro, todo lo demás se ordena.

Hay verdades que no se pueden maquillar: no puedes vivir la vida por otra persona. No puedes respirar por alguien más, n...
29/11/2025

Hay verdades que no se pueden maquillar: no puedes vivir la vida por otra persona. No puedes respirar por alguien más, no puedes decidir por alguien más, no puedes salvar a quien no quiere salvarse. Y aceptar esto duele, porque el corazón insiste en creer que el amor basta, que tu entrega puede ser suficiente. Pero no lo es.

Cada ser humano carga con su historia, con heridas que no siempre se ven, con cadenas que a veces protegen más de lo que liberan. Y aunque tú veas su potencial, aunque sepas que podría brillar, si esa persona no lo reconoce, tu esfuerzo se convierte en desgaste. No es falta de amor soltar, es respeto por la libertad del otro.

El camino de cada ser humano está marcado por decisiones que nadie más puede tomar. Puedes acompañar, puedes mostrar, puedes sostener un espejo, pero no puedes caminar en su lugar. Y si insistes, lo único que logras es perderte tú. Terminas agotado/a. Tu luz se consume intentando iluminar a quien ha elegido permanecer en la sombra.

Ese desgaste se multiplica en los vínculos más cercanos:
- Padres y madres que se consumen tratando de que sus hijos cambien.
- Hijos e hijas que cargan con las heridas o expectativas de sus padres.
- Hermanos y hermanas que repiten viejas rivalidades y exigen apoyo constante.
- Parejas atrapadas en promesas rotas y hábitos destructivos.
- Amigos y amigas que aparecen solo para descargar sus problemas, pero nunca están cuando tú los necesitas.

En todos esos escenarios, la manipulación puede aparecer disfrazada de cariño. A veces consciente, cuando alguien usa tu culpa o tu amor para evitar hacerse responsable. A veces inconsciente, cuando la otra persona repite patrones sin darse cuenta de que está drenando tu energía. En ambos casos, el resultado es el mismo: tú te apagas.

Cómprender esto es vital: no todo lo que parece amor es amor. A veces es miedo a soltar, a veces es costumbre, a veces es dependencia disfrazada de afecto. Y si no lo ves, terminas atrapado/a en relaciones que te consumen, que te roban la paz, que te dejan vacío/a.

La verdadera ayuda, muchas veces, es no ayudar. Es tomar distancia, aunque duela. Es dejar que la otra persona enfrente sus consecuencias, que toque fondo, que decida cambiar. Porque solo desde ahí puede surgir un despertar real. Tu rescate constante solo retrasa ese momento.

Soltar no es abandono, es sabiduría. Es reconocer que tu energía es sagrada y no puede estar disponible para quienes solo saben drenarla. Es aceptar que tu prioridad eres tú, porque si no te cuidas, nadie lo hará por ti. Y desde esa claridad, puedes amar de verdad: sin cadenas, sin sacrificios inútiles, sin perderte en la desesperación de salvar a quien no quiere ser salvado.

La vida te pide firmeza:
- No entregues tu paz a cambio de manipulaciones disfrazadas de cariño.
- No confundas compasión con sacrificio inútil.
- No te quemes intentando encender la luz de alguien que ha elegido permanecer en la oscuridad.

El verdadero acto de amor no es rescatar, es confiar en que cada quien encontrará su propia salvación, mientras tú proteges tu energía.

Nelson Enrique Zamora
Psicoterapeuta Holístico Transpersonal

Escuela de Sanación Inti en Ti – Madre Luna

29/11/2025

Llego el día 🫶

Bendice, porque tu palabra sostiene mundosHay días en que la vida se siente dura, como si el camino estuviera lleno de p...
28/11/2025

Bendice, porque tu palabra sostiene mundos

Hay días en que la vida se siente dura, como si el camino estuviera lleno de piedras difíciles de andar. Y es justo ahí donde se nota quién aprendió a soltar lo que hiere y quién eligió sembrar palabras que alivian, como agua fresca en medio del polvo.

Cuando decimos “bendiciones”, no estamos lanzando un gesto vacío al aire. Recordamos que cada palabra tiene retorno, que lo que pronunciamos se convierte en sendero, que la voz es un eco que siempre regresa a su origen.

La bendición verdadera —la que nace del corazón y no de la costumbre— es expansiva, multiplicadora, como esas brasas que con un soplo vuelven a encenderse.

En las casas donde se bendice, el aire se vuelve más liviano.
En los vínculos donde se desea el bien, la piel descansa distinta.
En las parejas que se honran, la raíz se hunde más hondo que el miedo.
Y en las amistades que se regalan palabra limpia, el corazón encuentra un lugar donde reposar sin máscaras.

Las criaturas que crecen escuchando “que nada te falte”, “que tu camino se abra”, “que la vida te trate bien”, caminan con una fuerza que no se enseña en cursos: la fuerza de saberse queridas, de sentir que pertenecen, de confiar en que el mundo guarda un rincón tibio para ellas.

Bendecir es elegir vida.
Es soplar esperanza.
Es reconocer que la palabra es canal, y que al abrirlo para alguien más, también se abre para ti.

Por eso hoy —desde mi pecho abierto, desde mis huesos que guardan memoria— te deseo pasos firmes, corazones claros, pan suficiente y señales que no se confundan.

Lo que se pronuncia con verdad regresa con fuerza.
Y regresa no como ruido, sino como raíz que sostiene.

Bendecir es recordar que cada palabra es herencia. Lo que decimos se inscribe en la piel de quienes nos escuchan y se transmite más allá de nosotros. La bendición no es un gesto ligero: es un acto de poder, de responsabilidad y de amor.

Así que bendice con fuerza, bendice con verdad, bendice con la certeza de que tu voz es camino. Porque lo que entregas vuelve, y cuando vuelve, te sostiene.

Que tu palabra sea medicina.
Que tu voz sea puente.
Que tu bendición sea raíz que atraviese generaciones.

Ahoo. 🌌

Nelson Enrique Zamora
Psicoterapeuta Transpersonal

Escuela de sanación Inti en Ti - Madre Luna

El Espejismo de lo EspiritualEl Sabedor un día dijo:  Desde el principio no hubo religiones, hubo camino, hubo verdad, h...
27/11/2025

El Espejismo de lo Espiritual

El Sabedor un día dijo:

Desde el principio no hubo religiones, hubo camino, hubo verdad, hubo vida. El Padre no entregó templos de piedra ni espectáculos de fe, entregó amor. Y el amor no se negocia, no se vende, no se manipula. El amor es raíz y fruto, semilla que florece en quien se atreve a vivirlo con pureza.

He visto cómo muchos convierten la esperanza en mercancía y la fe en espectáculo. Se repite una y otra vez el mismo teatro: decretos vacíos, pactos que esclavizan, promesas de milagros inmediatos. Se habla más del enemigo que de la luz, más de sueños personales que de verdad, más de emociones pasajeras que de conciencia. Y el pueblo, confundido, sale conmovido por un instante… pero regresa a casa igual: sin claridad, sin transformación, sin encuentro real con lo divino.

Allí todo depende de cómo te miren:
- Si tienes dinero, eres columna financiera.
- Si eres ingenuo, te empujan y te hacen caer.
- Si preguntas, te dicen que los misterios son incuestionables.
- Si lloras, te prometen lo que nunca llega.
- Si enfermas, te culpan de tu falta de fe.
Y cuando ya no sirves, simplemente te olvidan.

Ese es el teatro: manipulación disfrazada de unción, ambición disfrazada de guía espiritual. Y lo más doloroso es que muchos lo aceptan porque buscan respuestas, porque necesitan consuelo, porque creen que allí encontrarán a Dios. Pero lo que encuentran es un sistema que se alimenta de su ingenuidad y de su necesidad.

La verdad no necesita decretos ni espectáculos. La verdad no se compra con pactos ni se mide en caídas. La verdad se confronta. Y confrontar duele, porque obliga a mirar de frente las cadenas que repiten generación tras generación, las creencias heredadas que atan, las historias que esclavizan. Obliga a reconocer que muchas veces han seguido hombres y no el camino que yo enseñé: amar al prójimo, no aprovecharse de él.

El despertar no se mide en gritos ni en temblores, sino en la capacidad de discernir, de cuestionar, de pensar en conciencia, de cotejar cada palabra con la raíz de lo que creen. El despertar es recuperar la dignidad de la fe, la claridad del mensaje y la libertad de la conciencia.

No se trata de negar lo espiritual, sino de devolverle su esencia. Lo espiritual no necesita adornos ni decretos, necesita verdad. Y la verdad, aunque incomode, es la única que libera.

Por eso hablo con fuerza:
- Basta de repetir lo mismo.
- Basta de aceptar sin pensar.
- Basta de confundir manipulación con poder.

La fe no es un espectáculo, es un camino de conciencia. Y quien se atreve a caminarlo descubre que lo divino no está en las promesas fáciles ni en los shows religiosos, sino en la verdad que transforma, en la claridad que ilumina, en la libertad que dignifica.

El Reino no es un lugar lejano ni un templo de piedra. El Reino es la vida misma cuando eliges amar, cuando eliges ser justo, cuando eliges despertar. El Reino está en tu manera de tratar a los demás, en tu capacidad de perdonar, en tu decisión de vivir con conciencia y dignidad. El Reino no se compra, se vive. El Reino no se promete, se encarna en cada acto de bondad y en cada gesto de verdad.

El verdadero milagro no es caer al suelo ni gritar en un templo. El verdadero milagro es abrir los ojos, reconocer la mentira, romper el ciclo y elegir la verdad. Ese es el milagro que libera, ese es el milagro que transforma, ese es el milagro que dignifica.

Lo espiritual no es un espejismo para entretener la mente, es un fuego que purifica el corazón. Quien se atreve a mirarse en ese fuego, aunque arda, encontrará la claridad que ilumina generaciones y la libertad que ninguna cadena puede apagar.

Nelson Enrique Zamora
Psicoterapeuta Transpersonal

Escuela de sanación Inti en Ti - Madre Luna

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Bogotá
CRA98C61A46

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