04/11/2025
Cuando un niño dibuja la figura humana, no solo está plasmando una imagen: está organizando internamente su espema corporal. Este esquema es la representación mental que tenemos de nuestro cuerpo, de cómo se compone y de dónde está cada parte en relación con las demás.
A través del juego, el movimiento y las sensaciones, el niño va afirmando esa conciencia de sí mismo. Su cuerpo se convierte en una guía que le permite ubicarse en el espacio, planificar sus acciones, coordinar sus movimientos y fortalecer su aprendizaje.
Y es realmente gratificante observar ese proceso: cuando un niño que antes no lograba ubicar ninguna parte del cuerpo, logra dibujr los ojos, la nariz, la boca, las orejas y el pelo, está mostrando mucho más que un avance gráfico. Está evidenciando que integra mejor la información sensorial, que mejora su conexión con el cuerpo y que crece en su conciencia corporal y organización interna.
Porque para aprender, primero hay que sentirse en el cuerpo: reconocerlo, habitarlo y entender cómo se mueve en el mundo. 💫