09/06/2022
UN DÍA A LA VEZ AL ANON
9 DE JUNIO
¿Qué me llevó, en primer lugar, a Al Anon?
La promesa de alivio de una carga intolerable.
En otras palabras, vine para obtener algo, tal como hacemos todos.
Con el tiempo descubrí que «obtener» depende mayormente de mi disposición para dar para prestar servicio a otros, ya sea que me dedique a ordenar las cosas y a limpiar la sala después de las reuniones, o a consolar y dar seguridad a otros que pasan por dificultades.
El mismo espíritu de dar debe manifestarse en todos los aspectos de mi vida, particularmente en relación con quienes me rodean.
Esta forma de dar se llama amor.
Dar amor es una satisfacción en sí.
No debe importarnos si es retribuido o no.
Si lo doy tan sólo para ser correspondido en mis propios términos, mi amor queda eliminado.
Si tengo la capacidad de dar amor, cualquier gratificación que reciba se convierte en un don adicional.
Nos encontramos a nosotros mismos y nos edificamos espiritualmente cuando damos amor en forma abundante y sin esperar recompensa.
«¿Ha ganado algo el hombre que ha recibido cien favores y no ha prestado ninguno?
Es más grande el que confiere más beneficios.»
(Ralph Waldo Emerson, Essay on Compensation)