24/11/2025
Entre el plato y las emociones no fue un taller, fue una experiencia que nos movió el cuerpo, la mente y la forma de entender a nuestros niños.
Vendamos ojos.
Tocamos texturas incómodas.
Sentimos presión, prisa, ruido y expectativas.
Exploramos desde todos los sentidos.
Nos reímos, nos sorprendimos, nos confrontamos.
Y sobre todo… entendimos.
Entendimos que la alimentación selectiva no es un capricho, sino la suma de sensaciones, emociones y dinámicas familiares que los niños todavía no saben comunicar con palabras.
Gracias a las familias que dijeron:
“Quiero entender mejor a mi hijo.”
Esa es la base para transformar cualquier conducta.
Gracias a quienes compartieron, lloraron, se atrevieron y se abrieron a mirar el plato desde otro lugar:
desde el cuerpo, desde el vínculo y desde la historia emocional.
Esto fue solo el inicio.
Seguiremos trabajando para acompañar a más familias en este camino de consciencia, regulación y conexión.
Gracias por estar. Gracias por confiar. Gracias por vivirlo.