Alas de ángel

Alas de ángel Alas de ángel es una red de apoyo emocional para cuidadores de personas con discapacidad.

¡Hola! Perdona que haya entrado a tu casa sin permiso, es mi costumbre no anunciarme, simplemente entro a los hogares pa...
03/12/2025

¡Hola! Perdona que haya entrado a tu casa sin permiso, es mi costumbre no anunciarme, simplemente entro a los hogares para probar qué tan fuerte es el amor de los padres por sus hijos...

Te desafiaré todos los días, tanto que me odiarás y desearás echarme a patadas de tu vida y la de tu niño...

No te culpo, sé que soy impredecible y a veces parezco cruel, que a veces causo tristezas, frustración y desesperación que no parecen terminar...

Pero, si pones atención, te darás cuenta de que a pesar de lo tremendamente complicada que soy, he logrado que te transformes. Gracias a mí ya no eres la misma persona, gracias a mí descubriste tu verdadera fortaleza, gracias a mí valoras los pequeños detalles, gracias a mí te has aferrado a tu hijo para defenderlo con uñas y dientes, gracias a mí sabes amar a tu hijo por quien es y no por lo que esperabas que fuera.

Yo te he hecho más fuerte, empiezas a descubrir que la vida tiene otro sentido, ya miras el cielo de manera diferente...

Has descubierto que una mirada puede hablar y que no necesitas un te amo dicho con palabras, porque un fuerte y brusco abrazo también expresa amor.

Ahora, tu vida tiene de verdad un sentido y un propósito.

¿Que por qué te escogí a ti? Simple... sé que nunca te rendirás, sé que lucharás hasta el final para vencerme, pero lo que deberás hacer es aceptarme.

Te escogí especialmente a ti porque sé que nadie más como tú es capaz de amar más allá de sus temores y sé que podrás ver a tu hijo más allá de mí.

Atte.
La Discapacidad 🧩

17/11/2025

😢💔 “No podía hablar, ni moverme, ni comer durante ocho años.”

“Yo estuve ocho años encerrada en mi propio cuerpo. Ocho años sin poder mover ni un dedo, sin poder hablar, sin probar un solo alimento. Todo me lo hacían: me bañaban, me limpiaban, me movían... y yo ahí, despierta, consciente, pensando, pero sin poder decir una sola palabra. La gente cree que yo estaba dormida, pero no: yo estaba completamente consciente. Escuchaba todo, sentía todo. Mi único movimiento era un ojo. Con eso le decía a mi mamá que sí o que no. Ocho años así… imagínate.

Hubo días en los que lloré por un plátano frito. Días en los que me dolía hasta el alma porque no podía comer, no podía respirar sola, no podía hablar. A veces le decía a Dios: “Señor, yo no puedo más… pero si tú vas, yo voy”. Y Él iba. Hasta que un día después de tantos años de silencio salió mi voz. ‘Hola, mami’, le dije. Y casi se desmaya. Yo tampoco me reconocía. Después de ocho años muda, escucharme fue como volver a nacer.

Desde ahí mi recuperación fue un milagro detrás de otro: empecé a comer, a respirar sin máquina, a fonar un poco, a mover los hombros… y un día, los médicos descubrieron que mi tráquea, que estaba destruida, había aparecido nueva. ‘¿Qué cirugía?’, me dijeron. ‘Aquí no hay nada por reconstruir’. Y yo solo pensé: “Así obra Dios”.

Pero no fue solo la fe. Fue mi mamá. Fue cada auxiliar que me atendió. Fue cada persona que me sostuvo cuando yo no podía sostenerme ni a mí misma. Yo siempre digo que la gente cree que la fuerza es no caerse… pero la verdadera fuerza es seguir amando la vida incluso cuando no puedes mover tu propio cuerpo.

Hoy camino con ayuda. Estudio psicología. Trabajo. Tengo sueños. Tengo novio. Tengo proyectos. Después de creer que me iba a morir tantas veces, hoy puedo decir que estoy viva de verdad. Y si algo he aprendido es esto: La vida no es lo que te pasa, es cómo decides recibirlo. No vivas por circunstancias; vive por convicciones. Y si vas a tirar la toalla… tírala, pero hazte cargo.

Yo viví 8 años paralizada. Ocho años sin voz, sin comida, sin movimiento. Pero aquí estoy. Y si yo pude… tú también puedes. Dios todavía hace milagros. Yo soy uno.”

😢🙏Jennifer Vásquez, sobreviviente, psicóloga en formación y testimonio viviente de fe y resiliencia.

18/10/2025

Un estudio reveló que las madres —especialmente las que trabajan— presentan algunos de los niveles de cortisol más altos registrados.

La multitarea constante, la carga emocional y la falta de tiempo para recuperarse empujan sus cuerpos a un estado casi permanente de estrés.

DOI: 10.1037/a0029340

18/10/2025
Te Veo 🥰 ... ❤💙Te veo llevando a tu hijo a terapia mientras tus amigas llevan a sus hijos a football o a ballet.Te veo e...
15/10/2025

Te Veo 🥰 ... ❤💙

Te veo llevando a tu hijo a terapia mientras tus amigas llevan a sus hijos a football o a ballet.

Te veo escabullirte de la conversación cuando todas tus amigas presumen de logros y notas de exámenes.

Te veo hacer malabares con eventos y reuniones.

Te veo sentada frente a la computadora durante horas investigando sobre lo que tu hijo necesita.

Te veo poner mala cara cuando la gente se queja por lo que parecen tonterías.

Te veo desvanecerte poco a poco pero sigues yendo más allá por tu familia.

Te veo sacar fuerzas de flaqueza con una fuerza que ni soñabas que tenías.

Te veo mostrando respeto hacia los profesores, terapeutas y profesionales médicos que sirven a tu hijo para ayudarte.

Te veo levantarte temprano por la mañana para hacerlo todo otra vez después de otra caótica noche.

Te veo cuando estás al filo del precipicio luchando por vivir.

Sé que te sientes invisible, cómo si nadie se diera cuenta.
Pero quiero que sepas que Yo me doy cuenta. Te veo empujar siempre hacia adelante.

Te veo elegir hacer todo lo que puedes para darle a tu hijo el mejor cuidado en casa, en el colegio, en terapia y en el médico 💪🏻😍

Lo que haces importa. Vale la pena. 🤩

En esos días en que te preguntes si puedes hacerlo un minuto más, quiero que sepas que te veo.

Quiero que sepas que eres bella.
Quiero que sepas que vale la pena.
Quiero que sepas que no estás sola.
Quiero que sepas que el amor es lo más importante, y que eres la mejor en eso. 👩‍👧👩‍👦

Y en esos días en que ves una mejora, esos momentos en que el trabajo duro tiene su recompensa, y puedes saborear el éxito, también te veo y estoy orgullosa de ti.

Sea cual sea el día de hoy, vales mucho, lo estás haciendo bien... y te veo. ❤

~Alethea Mshar
(Texto original en inglés traducido por Alba Moreno)

Tu trabajo es invaluable, y aunque puede ser desafiante, es un acto de amor y dedicación que requiere mucha fuerza y res...
10/09/2025

Tu trabajo es invaluable, y aunque puede ser desafiante, es un acto de amor y dedicación que requiere mucha fuerza y resiliencia.

En momentos de oscuridad y desesperanza, es importante recordar que no estás sol@. Hay personas que te apoyan y te entienden. Tu labor es crucial para la persona que cuidas, y también es un reflejo de tu propio valor y compasión.

Recuerda que:

- Tu salud mental es tan importante como la de la persona que cuidas. No descuides tu propio bienestar.
- Pedir ayuda es un signo de fuerza, no de debilidad. No tengas miedo de buscar apoyo cuando lo necesites.
- Eres capaz de superar cualquier obstáculo. Tu resiliencia es admirable.

Si te sientes abrumad@ o desesperad@:

- Llama a un amigo o familiar de confianza para hablar sobre tus sentimientos.
- Busca apoyo en grupos de cuidadores o en línea.
- Considera hablar con un profesional de la salud mental que pueda ayudarte a manejar el estrés y la ansiedad.

No estás sol@ en esto. Hay recursos disponibles para ayudarte a cuidar de ti mism@ y de la persona que amas. No tengas miedo de buscar ayuda cuando la necesites.

Tu vida importa y tu rol es valioso. Sigue adelante. Estás haciendo una diferencia en la vida de alguien.

09/09/2025
“Mi hijo muri0 porque el hospital no quiso atenderlo… hoy soy la directora de ese hospital.”Cada mañana, cuando cruzo la...
03/09/2025

“Mi hijo muri0 porque el hospital no quiso atenderlo… hoy soy la directora de ese hospital.”

Cada mañana, cuando cruzo las puertas automáticas de cristal del Hospital San Rafael, siento el mismo n**o en el estómago que me acompañó durante quince años. Mis tacones resuenan en el mármol blanco del vestíbulo, y aunque todos me saludan con respeto —"Buenos días, doctora Mendoza"—, yo solo puedo pensar en aquella noche de marzo de 2009.

—Señora, por favor, mi hijo está muy mal —le rogué a la enfermera de turno, sosteniendo a Mateo en brazos. Tenía apenas cuatro años y ardía en fiebre.

—¿Tiene seguro? —me preguntó sin levantar la vista de sus papeles.

—No, pero puedo pagar, por favor...

—Lo siento, señora. Sin seguro médico no podemos atenderlo. Vaya al hospital público.

Mateo muri0 en el taxi camino al otro hospital. Una meningitis que pudo haberse tratado a tiempo.

Ahora, desde mi oficina en el décimo piso, observo el mismo vestíbulo donde una vez me negaron la atención para mi hijo. La ironía no se me escapa: soy la directora del hospital que dejó morir a Mateo.

—Doctora Mendoza —dice mi secretaria, asomándose por la puerta—, la están esperando en emergencias. Hay una situación con una paciente sin seguro.

Bajo inmediatamente. En la sala de espera, veo a una mujer joven cargando a una niña que no puede tener más de cinco años. La pequeña está pálida, jadeando. La madre tiene los ojos rojos de haber llorado.

—Por favor —le dice al personal de admisión—, mi hija no puede respirar bien. No tengo seguro, pero...

—Doctor Ramírez —interrumpo al médico de turno—, ¿qué está pasando aquí?

—Directora, es una paciente sin cobertura. Estábamos explicándole los procedimientos para...

—¿Ha evaluado a la niña?

—Bueno, no, pero sin seguro...

—Doctor Ramírez —mi voz se endurece—, ¿recuerda el juramento hipocrático?

Se queda en silencio. Me acerco a la madre, que me mira con una mezcla de esperanza y desesperación que reconozco perfectamente.

—Soy la doctora Mendoza, directora de este hospital —le digo con suavidad—. ¿Cómo se llama su hija?

—Sofía —susurra—. Tiene asma, pero esta vez es diferente. No mejora con los medicamentos.

Me arrodillo para quedar a la altura de la pequeña. Sus labios tienen un tinte azulado. Crisis asmática severa.

—Sofía, soy doctora. Vamos a ayudarte a respirar mejor, ¿está bien? —la niña asiente débilmente.

—Doctor Ramírez, llévela inmediatamente a triage. Quiero radiografías, gasometría y tratamiento con nebulizaciones. Ahora.

—Pero doctora, el protocolo dice...

—El protocolo dice que salvamos vidas. Muévase.

Mientras el equipo médico se lleva a Sofía, tomo a la madre del brazo.

—¿Cómo se llama usted?

—Carmen... Carmen Vásquez.

—Carmen, su hija va a estar bien. Tenemos excelentes especialistas en pediatría.

—Doctora, yo no puedo pagar...

—No se preocupe por eso ahora. Lo importante es Sofía.

Tres horas después, la niña está estable. La crisis había sido severa, pero respondió bien al tratamiento. Desde la ventana de mi oficina, veo a Carmen salir del hospital cargando a Sofía, quien ya se ve mucho mejor.

Esa noche, reviso las políticas del hospital. Al día siguiente convoco a una reunión extraordinaria con todo el personal.

—Señoras y señores —comienzo—, a partir de hoy, este hospital implementa un nuevo protocolo. Ningún paciente en estado de emergencia será rechazado por falta de seguro médico. Primero salvamos vidas, después nos ocupamos del papeleo.

—Pero doctora —interviene el administrador—, eso podría generar pérdidas significativas...

—Doctor Herrera, ¿cuánto vale una vida humana? —pregunto—. Porque yo ya pagué el precio de descubrirlo.

El silencio llena la sala. Algunos me miran confundidos, otros parecen entender que hay algo más profundo detrás de esta decisión.

—Mi hijo Mateo murió hace quince años —continúo—. Murió porque este mismo hospital le negó atención por no tener seguro. Hoy soy directora de esta institución, y les aseguro que ningún niño, ninguna persona, volverá a morir en nuestra puerta por falta de dinero.

Veo cómo algunos bajan la mirada, especialmente los que llevan más años trabajando aquí. Tal vez alguno de ellos estuvo esa noche.

—Doctora Mendoza —dice la doctora Ruiz, jefa de pediatría—, cuenta con nuestro apoyo total.

—Gracias, doctora Ruiz. Implementaremos un fondo de emergencia para casos sin seguro. Y quiero que cada miembro del personal entienda: somos médicos, no cobradores.

Seis meses después, Carmen Vásquez regresa al hospital. Esta vez no es por una emergencia.

—Doctora Mendoza —me dice cuando la recibo en mi oficina—, quería agradecerle personalmente. Sofía está muy bien.

—Me alegra saberlo, Carmen. ¿Cómo está usted?

—Conseguí trabajo y ya tengo seguro médico. Pero quería preguntarle... ¿por qué lo hizo? ¿Por qué nos ayudó esa noche?

Me quedo en silencio por un momento. Después le muestro la fotografía de Mateo que tengo en mi escritorio.

—Porque hace quince años, yo estuve en su lugar exacto. Y nadie nos ayudó.

Carmen se lleva las manos a la boca.

—Su hijo...

—Se llamaba Mateo. Tenía cuatro años. Y murió porque este hospital le negó atención.

—Dios mío... y usted ahora...

—Ahora me aseguro de que ningún otro Mateo muera por la misma razón.

Carmen se queda mirando la foto, con lágrimas en los ojos.

—Doctora, usted no salvó solo a mi hija esa noche. Nos salvó a toda nuestra familia.

—Carmen, cada vez que salvo a un niño como Sofía, siento que le devuelvo un poquito de sentido a todo lo que viví. Mateo no puede volver, pero su muerte puede tener significado si evito que otros padres pasen por lo mismo.

Después de que Carmen se va, me quedo sola en mi oficina, mirando la fotografía de Mateo. Sonríe en esa imagen, con sus dientes pequeños y perfectos, sus ojos brillantes llenos de vida.

—No pude salvarte, mi amor —le susurro a la foto—. Pero voy a asegurarme de que ningún otro niño muera como tú moriste. Te lo prometo.

El hospital sigue funcionando, las sirenas siguen sonando, los médicos siguen salvando vidas. Pero ahora, cada vida que salvamos tiene un significado especial para mí. En cada niño que respira mejor, en cada madre que sonríe aliviada, veo un pedacito de Mateo que vuelve a vivir.

La ironía se ha convertido en propósito. El hospital que una vez fue mi enemigo, ahora es mi herramienta para honrar la memoria de mi hijo. Y aunque el dolor nunca desaparece completamente, he aprendido que a veces la mejor venganza es la compasión.

***Texto tomado de la Web

Dónde el mundo fuera consciente de que los pacientes podrían ser su familia, quizá no tendríamos necesidad de culpar al sistema de salud por las falencias evidenciadas...

31/08/2025

🎓 Ana Victoria Espino se convierte en la primera abogada con síndrome de Down en el mundo. Su historia aquí 👉 https://dripl.ink/GmJw9

Desde Zacatecas, ha logrado algo que muchos consideraban imposible, demostrando que con determinación y apoyo nada es inalcanzable.

Dirección

Mz E Cs 13 Lara Bonilla Frailes
Dosquebradas
661001

Horario de Apertura

Lunes 8am - 4pm
Martes 8am - 4pm
Miércoles 8am - 4pm
Jueves 8am - 4pm
Viernes 8am - 4pm
Sábado 8am - 12pm

Página web

https://wa.me/message/JT4ZXE5VYW43G1, https://www.instagram.com/alasd

Notificaciones

Sé el primero en enterarse y déjanos enviarle un correo electrónico cuando Alas de ángel publique noticias y promociones. Su dirección de correo electrónico no se utilizará para ningún otro fin, y puede darse de baja en cualquier momento.

Compartir

Share on Facebook Share on Twitter Share on LinkedIn
Share on Pinterest Share on Reddit Share via Email
Share on WhatsApp Share on Instagram Share on Telegram