09/10/2025
A los 80 años, Eugene Bostick, un jubilado de Fort Worth, Texas, decidió que su retiro no sería de descanso, sino de compañía. En la calle donde vivía, la gente solía abandonar perros, y él en lugar de mirar a otro lado, empezó a adoptarlos uno por uno.
Con el tiempo ya eran tantos que tuvo una idea brillante: tomó viejos barriles de plástico, les abrió huecos, les puso ruedas y los enganchó a su tractor. Así nació su famoso tren de los perros rescatados.
Cada semana los lleva a pasear por caminos rurales, entre árboles, arroyos y viento. Apenas escuchan el motor, los perros corren emocionados para subir a su vagón favorito, algunos ladrando, otros moviendo la cola sin parar.
Hoy, Eugene sigue manejando su tren azul bajo el sol texano, con una sonrisa serena y una docena de pasajeros felices detrás de él.