27/08/2025
El Espíritu sopla donde quiere: Constelaciones familiares y la identidad cristiana
Un diálogo desde la experiencia pastoral, teológica y psicológica
Ps. Francisco Javier Carmona R
Constelador Familiar- Magister en teología
Con frecuencia, en ámbitos cristianos circulan opiniones sobre las Constelaciones Familiares que generan más confusión que discernimiento. Unos las rechazan sin mayor análisis, otros las acogen sin suficiente criterio, y pocos se detienen a preguntar cómo pueden dialogar con la identidad cristiana.
Este texto nace del deseo de ofrecer una reflexión honesta, académica y creyente que permita acercarse a este tema con serenidad, sin prejuicios ni ingenuidades. No es una defensa ni una condena, sino un intento de pensar con la Iglesia y desde la fe cómo acompañar hoy las heridas del alma, integrando el aporte de las ciencias humanas con la centralidad de Jesucristo (Concilio Vaticano II, 1965b, GS 3–5).
Invito a escuchar con apertura y a discernir con libertad responsable. Si esta reflexión te resulta valiosa, compártela: puede servir a quienes buscan reconciliación, sanación y una vida más plena en Cristo.
Presentación
Bert Hellinger, al revisar el camino de las constelaciones familiares, afirmaba que detrás de este movimiento actúa “Algo más grande”, una fuerza vital que se abre paso en medio de resistencias y diferencias. Su aporte original se centra en tres ejes: la mirada fenomenológica —observar lo que se manifiesta sin imponer teorías previas—, la comprensión sistémica —dinámicas de pertenencia, jerarquía y equilibrio— y la apertura a lo que llamó la Gran Alma; a ello añadió los órdenes del amor y los órdenes del espíritu, que orientan la práctica (Hellinger, 1998; 2001).
La presente reflexión se circunscribe a ese legado y a su prolongación en las constelaciones de vínculo y trauma. Otros enfoques que usan el mismo nombre pero se apartan de estos fundamentos no son objeto de este escrito.
Desde hace dos décadas acompaño procesos desde la psicología del alma, las constelaciones familiares y el trabajo con vínculo y trauma. Como creyente, sacerdote dispensado y magíster en teología, reconozco que la Iglesia, para ser fiel a su misión, ha de dialogar con el mundo y escuchar las preguntas profundas del ser humano (Concilio Vaticano II, 1965b, GS 4; Concilio Vaticano II, 1965a, DV 2, 10). El Magisterio reciente valora el aporte de las ciencias humanas: Juan Pablo II subrayó su ayuda para comprender a la persona (Juan Pablo II, 1998, FR 61–62); Benedicto XVI recordó el diálogo entre fe y razón (Benedicto XVI, 2006); y Francisco invitó a integrar psicología y pedagogía en la pastoral (Francisco, 2016, AL 204).
Introducción: “El Espíritu sopla donde quiere” (Jn 3,8)
En las últimas décadas, muchos creyentes han buscado acompañamiento psicológico y espiritual en diversos caminos. Entre ellos, las constelaciones familiares han suscitado interés y preguntas. El debate suele polarizarse, cuando lo que se necesita es un discernimiento serio y sereno. La cuestión central es: ¿cómo acompaña la Iglesia las heridas del ser humano sin perder de vista a Cristo y sin despreciar lo que la razón y la experiencia clínica aportan al crecimiento humano? Como recuerda el Concilio: “el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado” (Concilio Vaticano II, 1965b, GS 22). Cristo es el criterio: todo lo que favorezca la reconciliación de la persona con Dios, consigo misma y con los demás merece ser evaluado con rigor y esperanza (cf. 2 Co 5,18).
1. La identidad cristiana como misterio de filiación y comunión
1.1 Fundamentos bíblicos
“El todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación” (2 Co 5,18). La identidad cristiana se comprende desde ese don recibido —y no desde la auto-fabricación—: somos reconciliados para vivir en comunión.
1.2 Concilio Vaticano II
“El misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado” (Concilio Vaticano II, 1965b, GS 22). Cristo, “imagen del Dios invisible”, revela qué significa ser humano (Col 1,15): filiación y comunión que piden reconciliación.
1.3 Joseph Ratzinger / Benedicto XVI
“No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona” (Benedicto XVI, 2005, n. 1). La identidad cristiana no es moralismo ni mera terapia; es relación viva con Cristo.
1.4 Filiación, comunión y reconciliación
Tres ejes inseparables: filiación (hijos en el Hijo), comunión (nadie se salva solo) y reconciliación (proceso continuo en Cristo). Desde aquí se disciernen las búsquedas contemporáneas de sanación.
2. La herida del ser humano en la cultura actual
2.1 Diagnóstico cultural
Habitamos un régimen de aceleración y rendimiento que erosiona la interioridad y vuelve frágiles los vínculos (Han, 2015; Bauman, 2000; Lipovetsky, 1986). Proliferan la comparación constante, el miedo a la irrelevancia y la soledad acompañada.
2.2 Psicología profunda: complejos, sombra y escisión
Jung describió la emergencia de complejos que pueden “poseer” la conciencia, en especial cuando hay heridas de apego; la persona se hipertrofia en culturas de desempeño, mientras la sombra se proyecta sobre otros (Jung, 1969). La oscilación entre inflación y deflación alimenta agotamiento y reactividad (Edinger, 1992; Hollis, 1998, 2005).
2.3 Trauma y vínculo
Ante un dolor abrumador en la infancia, la psique erige defensas que protegen pero también encarcelan la vitalidad (Kalsched, 1996). Los traumas de vínculo fragmentan la identidad en partes con funciones distintas (Ruppert, 2008; Broughton, 2014).
2.4 Dimensión espiritual
La tradición mística habla de “noche” que purifica imágenes de Dios y desmonta apoyos narcisistas (cf. Merton, 2007). La gracia no anula la estructura psíquica: la salvación no es magia sobre el trauma, sino proceso que integra lo humano.
2.5 Resonancias pastorales
Muchas personas buscan un lugar seguro para nombrar la herida, recuperar pertenencia, ordenar el dar y recibir y reconciliarse. La pastoral requiere un discernimiento integrador: teológico, antropológico y ético (Francisco, 2016, AL 204).
2.6 Hacia un diálogo fecundo
Las constelaciones, entendidas como método fenomenológico y no como cosmovisión, pueden ayudar a visibilizar exclusiones y ensayar movimientos de reconciliación —con condiciones claras: primado de Cristo, rigor y encuadre, distinción de planos y Eclesialidad (Concilio Vaticano II, 1965b, GS 3–5; Juan Pablo II, 1998, FR 61–62).
3. Constelaciones familiares: origen, método y alcances
3.1 Breve genealogía
El método se asocia a Bert Hellinger (1925–2019), quien integró aportes de la terapia sistémica, el psicodrama (Moreno, 1953), la escultura familiar (Satir, 1983), la Gestalt y su observación clínica, pasando de un encuadre explicativo a uno fenomenológico (Hellinger, 1998, 2001).
3.2 Conceptos nucleares (operativos)
Pertenencia: todos tienen derecho a un lugar; las exclusiones buscan representación en descendientes.
Precedencia/orden: el lugar según llegada (padres antes que hijos, etc.).
Equilibrio dar/recibir: la reciprocidad sostiene el vínculo adulto.
“Alma familiar”: metáfora de tendencias reguladoras del sistema; no describe entidades espirituales.
Movimientos del alma: impulsos relacionales que emergen en la representación.
(Hellinger, 1998, 2001)
3.3 Método y encuadre
Formatos grupales o individuales; el facilitador cuida el marco, evita interpretaciones intrusivas y favorece frases ordenantes. Se parte de un tema, se observan configuraciones y se ensayan movimientos de inclusión y orden. Se cierra con integración prudente y posibles derivaciones (Hellinger, 1998, 2001).
3.4 Lo que puede / no puede
Puede facilitar insight sobre pertenencia, lugar y reciprocidad; generar gestos simbólicos de reconciliación. No puede prometer curaciones, sustituir sacramentos ni reemplazar procesos clínicos cuando son necesarios (Concilio Vaticano II, 1965b, GS 22; Francisco, 2016, AL 204).
3.5 Buenas prácticas
Formación sólida, consentimiento informado, lenguaje sobrio, confidencialidad, supervisión y derivación responsable. Evitar espectacularización, sugestión, idealización del método y confusiones teológicas (Juan Pablo II, 1998, FR 61–62).
Síntesis. Las constelaciones, con rigor fenomenológico y ético, pueden ofrecer un espacio de visibilización y orden en la trama de vínculos. En clave cristiana, sólo tienen sentido como recurso instrumental, subordinado al horizonte de la reconciliación en Cristo.
4. Puntos de diálogo con la fe cristiana (resonancias y distinciones)
Reconciliación: núcleo del Evangelio (2 Co 5,18–20). Las constelaciones pueden disponer el corazón, sin sustituir la gracia (Benedicto XVI, 2005).
Pertenencia y Cuerpo de Cristo: nadie se salva aislado (1 Co 12,26); resonancia con el principio sistémico de pertenencia, distinguiendo niveles (Concilio Vaticano II, 1965b, GS 22).
Órdenes del amor y justicia: resonancias con la justicia como orden reconciliado; sin confundir “orden” con conservadurismo de roles (Hellinger, 2001).
Equilibrio dar/recibir y gracia: la reciprocidad vale para la ética cotidiana; la gracia es don gratuito (Benedicto XVI, 2005).
Memoria sanada: la Eucaristía como memoria viva (anamnesis) reordena la historia en clave pascual; trabajar narrativa y duelo puede abrir al perdón (Francisco, 2013).
Verdad y caridad: “veritas in caritate” (Ef 4,15); nombrar sin humillar (Francisco, 2016, AL 204).
Discernimiento: probar los espíritus (1 Jn 4,1) y prudencia clínica (Benedicto XVI, 2006; Juan Pablo II, 1998, FR 61).
Antropología relacional: imagen de Dios llamada a la comunión; libertad y responsabilidad personal por encima de toda “lógica del sistema” (Concilio Vaticano II, 1965a, DV 10).
5. Límites y discernimiento
5.1 Principios teológicos irrenunciables
Primado de Cristo y de la gracia; distinción de planos; eclesialidad; rechazo de sincretismos y autosalvación (Concilio Vaticano II, 1965b, GS 22; Benedicto XVI, 2006).
5.2 Ética profesional mínima
Formación verificada, consentimiento y confidencialidad, encuadre claro, supervisión y derivaciones. Lenguaje sobrio, sin absolutizar “el campo” (Francisco, 2016, AL 204).
5.3 Riesgos frecuentes y mitigación
Evitar espectáculo del dolor, inducción de recuerdos, dependencia del método, confusiones teológicas y daño relacional; cuidar cierres y contención (Broughton, 2014; Ruppert, 2008).
5.4 Contraindicaciones
Psicosis activa, TEPT severo no estabilizado, duelo agudo, crisis suicida, adicciones activas sin contención; en estos casos, priorizar estabilización clínica (Kalsched, 1996).
5.5 Integración pastoral
Ubicar toda intervención en itinerarios más amplios: Palabra, oración, acompañamiento espiritual y sacramentos (Francisco, 2013; 2016, AL 204).
6. El aporte propio de la identidad cristiana
6.1 Primado de Cristo
El centro no es el método, sino Cristo que reconcilia por el Espíritu (2 Co 5,18; Benedicto XVI, 2005).
6.2 El Espíritu Santo como “campo” vivo
El verdadero ámbito de transformación es el Espíritu (Jn 14–16). El discernimiento cristiano reconoce sus mociones (Benedicto XVI, 2006).
6.3 La Iglesia como comunidad sanadora
La sanación madura en pertenencia: Palabra, liturgia y sacramentos —Bautismo, Eucaristía como memoria viva, Reconciliación, Unción— (Francisco, 2013).
6.4 Antropología cristiana
Dignidad, libertad y responsabilidad personal; ningún “sistema” anula la conciencia moral (Concilio Vaticano II, 1965a, DV 10).
6.5 Ética teologal de la relación
Misericordia y justicia; el perdón impulsa reparación y orden del vínculo (Ef 4,15).
6.6 Pedagogía de la libertad
Procesos, tiempos y virtudes; frutos del Espíritu como criterio (Ga 5,22–23).
6.7 Discernimiento comunitario e interdisciplinar
Puentes con psicoterapia y medicina; criterios diocesanos; proteger a los pequeños (Juan Pablo II, 1998, FR 61; Francisco, 2016, AL 204).
6.8 Cruz y esperanza
El límite puede ser umbral pascual; la esperanza no se confunde con éxito terapéutico (Merton, 2007).
Síntesis. La identidad cristiana orienta toda búsqueda hacia filiación, comunión y reconciliación. Lo terapéutico —cuando es serio y humilde— ocupa un lugar instrumental al servicio del Misterio que salva (Concilio Vaticano II, 1965b, GS 22).
Conclusión
El debate sobre las constelaciones suele polarizarse. La identidad cristiana ofrece otro horizonte: discernimiento. Entendidas como método fenomenológico, pueden aportar visibilidad a dinámicas de pertenencia, lugar y reciprocidad; su uso es legítimo sólo con rigor ético, límites clínicos y sobriedad de lenguaje, evitando promesas de salvación o sustitución de los sacramentos (Francisco, 2016, AL 204; Benedicto XVI, 2006).
La Iglesia está llamada a ofrecer acompañamiento integrador: acoger la verdad de las heridas humanas y conducir hacia el Misterio de la filiación en Cristo (Concilio Vaticano II, 1965b, GS 3–5, 22). “Hemos recibido el ministerio de la reconciliación” (2 Co 5,18).
Epílogo: una Iglesia que discierne y acompaña
El Evangelio ofrece un horizonte de sentido en el que la verdad de la persona resplandece en Cristo y su Pascua. La Iglesia “escruta los signos de los tiempos” y dialoga con las ciencias cuando ese diálogo sirve al bien de la persona y a la maduración de la fe (Concilio Vaticano II, 1965b, GS 4–5, 62; Juan Pablo II, 1998, FR 1, 61–62; Benedicto XVI, 2006; Francisco, 2016, AL 204; 2013). Con prudencia y claridad de planos, las constelaciones pueden considerarse una mediación limitada al servicio del crecimiento humano. El criterio último es cristológico y eclesial: todo lo que conduce a la filiación, comunión y caridad es un bien a acoger; lo que deriva en determinismos, esoterismos o autosalvación ha de ser purificado o dejado de lado (Concilio Vaticano II, 1965b, GS 22; Concilio Vaticano II, 1965a, DV 10).
La cultura de hoy clama por vínculos confiables, sentido y esperanza. La comunidad cristiana está llamada a ser casa para quienes buscan, taller de discernimiento para quienes dudan y hospital de campaña para los heridos (Francisco, 2013). Cuando acompaña, aprende; cuando aprende, sirve; y cuando sirve, evangeliza.
Referencias
Bauman, Z. (2000). Liquid modernity. Polity Press.
Benedicto XVI. (2005). Deus caritas est (Encíclica). Libreria Editrice Vaticana.
Benedicto XVI. (2006, 12 de septiembre). Fe, razón y la universidad: Recuerdos y reflexiones (Discurso en Ratisbona). Libreria Editrice Vaticana.
Broughton, V. (2014). Becoming your true self: A handbook for the journey from trauma to healthy autonomy. Green Balloon Publishing.
Concilio Vaticano II. (1965a). Constitución dogmática Dei Verbum sobre la divina revelación. Libreria Editrice Vaticana.
Concilio Vaticano II. (1965b). Constitución pastoral Gaudium et spes sobre la Iglesia en el mundo actual. Libreria Editrice Vaticana.
Edinger, E. F. (1992). Ego and archetype: Individuation and the religious function of the psyche (Rev. ed.). Shambhala. (Trabajo original publicado en 1972)
Francisco. (2013). Evangelii gaudium (Exhortación apostólica). Libreria Editrice Vaticana.
Francisco. (2016). Amoris laetitia (Exhortación apostólica). Libreria Editrice Vaticana.
Han, B.-C. (2015). The burnout society. Stanford University Press. (Trabajo original publicado en alemán en 2010)
Hellinger, B. (1998). Love’s hidden symmetry: What makes love work in relationships. Zeig, Tucker & Theisen.
Hellinger, B. (2001). Orders of love: A handbook for family constellations. Zeig, Tucker & Theisen.
Hollis, J. (1998). The Eden project: In search of the magical other. Inner City Books.
Hollis, J. (2005). Finding meaning in the second half of life. Gotham Books.
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Jung, C. G. (1969). The archetypes and the collective unconscious (R. F. C. Hull, Trans.; Collected Works, Vol. 9, Part 1). Princeton University Press.
Kalsched, D. (1996). The inner world of trauma: Archetypal defenses of the personal spirit. Routledge.
Lipovetsky, G. (1986). La era del vacío: Ensayos sobre el individualismo contemporáneo. Anagrama.
Merton, T. (2007). New seeds of contemplation. New Directions. (Trabajo original publicado en 1962)
Moreno, J. L. (1953). Who shall survive? Foundations of sociometry, group psychotherapy and sociodrama (Rev. ed.). Beacon House.
Ruppert, F. (2008). Trauma, bonding & family constellations: Understanding and healing injuries of the past. Green Balloon Publishing.
Satir, V. (1983). Conjoint family therapy (3rd ed.). Science and Behavior Books.