29/11/2025
Yo denuncié por primera vez ante el país a los “12 apóstoles”, como precursores de las Convivir que crearon el paramilitarismo: el primer grupo narcoterrorista del mundo aliado al poder político de Colombia.
Lo hice en el año 2007, en mi debate parlamentario en el Senado sobre el paramilitarismo en Antioquia.
Allí demostré la complicidad y dirigencia de Santiago Uribe Vélez en estos grupos de limpieza social en el departamento.
Fueron centenares de mu***os en la zona de Yarumal y en los Llanos del Cuíba, con centro en la hacienda La Carolina. El gerente del actual —de ahí su odio político— fue, o es, socio de la hacienda La Carolina. De ahí que Fico y la Gobernación de Antioquia traten de controlar la Fiscalía antioqueña, con la omisión de la actual fiscal general.
Santiago Uribe actuó junto al grupo de limpieza social llamado “la banda de los Erres”, conformado con narcotraficantes de Titiribí, entre ellos los hermanos Ochoa Vásquez y sus primos. Publiqué por primera vez sus fotos reunidos en la región, en los mismos momentos en que la familia Ochoa era perseguida por EE. UU. por ser narcos.
En la zona de Titiribí murieron centenares de personas. Allí desaparecieron a los estudiantes de la Universidad de Antioquia que buscaron, simplemente, guarecerse de la lluvia en una estación de gasolina de Armenia Mantequilla. Para evitar la investigación del director del Gaula Antioquia —después jefe de seguridad del presidente Uribe Vélez y hoy preso en Estados Unidos—, el general Santoyo, quien parece ser responsable de la desaparición de la hermana y otros miembros de Asfades, familiares de los estudiantes desaparecidos.
Los cuerpos los arrojaban a una laguna llena de caimanes.
Yo denuncié estos hechos en el año 2007 y ahora se corroboran.
A partir de mi debate fue perseguida toda mi familia; interfirieron ilegalmente mis comunicaciones por el DAS y la mayoría de sus integrantes partió al exilio.
Ahora, la extrema derecha de la Florida, que fue elegida al Congreso de los EE. UU., algunos de cuyos miembros fueron impulsados por Álvaro Uribe Vélez, intenta vengarse de mí con su influencia en Estados Unidos. Aceptan versiones infundadas del mismo grupo que esconde sus nexos con el narcoterrorismo: grandes narcos que mataron a decenas de miles de colombianos, la mayoría humildes antioqueños. Sus políticos viajan sin problemas a la Florida y a Washington para perseguir al presidente de Colombia por haberlos denunciado durante más de una década.