25/10/2024
¿Bótox para bruxismo?
El bruxismo se caracteriza por movimientos involuntarios de los músculos de la masticación. No solo se produce durante el sueño, sino también de día. De hecho, los pacientes con bruxismo diurno pasan más horas apretando, empujando la mandíbula o simplemente con tensión muscular.
El bruxismo produce una sobrecarga de los músculos y las articulaciones y puede generar dolores de cabeza (cefaleas), de cuello o de oído (pitidos, taponamiento). En algunos casos, puede provocar dolores crónicos y trastornos temporomandibulares. Además, el bruxismo produce un acusado desgaste dental, que puede tener consecuencias desde el punto de vista funcional y estético.
Por ello, para tratar las consecuencias del bruxismo se puede reducir la acción y la fuerza de los movimientos involuntarios, pero sin limitar los que sí son voluntarios (masticación, deglución, fonación).
Los miomoduladores como la toxina botulínica, comúnmente conocida como Botox (aunque existen diferentes nombres comerciales), actúan bloqueando la transmisión de los estímulos de las neuronas a los músculos. Como resultado, los músculos no reciben el mensaje del cerebro, lo que provoca una disminución de la fuerza de contracción de los músculos sobre los que se aplica.
Por ello, los miomoduladores han demostrado ser efectivo a la hora de disminuir la fuerza que se hace durante los episodios de bruxismo. Y, a la vez, permite que el paciente pueda masticar y realizar una vida normal. Por tanto, es una terapia segura, indolora y muy poco invasiva, que permite mejorar la calidad de vida de las personas con bruxismo y aliviar las consecuencias del bruxismo