21/10/2025
A veces, la vida no se detiene a preguntarnos si estamos listos. Simplemente sucede: nos cambia los planes, nos sacude los miedos, nos pone frente al espejo y nos invita a veces con dulzura, a veces con fuerza a mirarnos de verdad. En esos momentos, donde el alma parece cansarse y la mente se llena de ruido, solemos olvidar algo esencial: tenemos dentro de nosotros la capacidad de reconstruirnos cuantas veces sea necesario.
Como psicólogo, he tenido el privilegio de acompañar historias de dolor, de esperanza, de silencios largos y de valientes comienzos. Y si algo he aprendido es que ninguna persona está rota de forma irreversible. Tal vez estés atravesando un momento donde todo parece cuesta arriba, donde la ansiedad no te deja dormir o donde el pasado se siente demasiado presente. Pero déjame decirte algo: tú no eres tus pensamientos, ni tus heridas, ni tus errores. Tú eres la posibilidad constante de sanar y transformar.
La Terapia Cognitivo Conductual (TCC), mi enfoque de trabajo, parte de una verdad profunda: nuestros pensamientos influyen directamente en nuestras emociones y en nuestra forma de actuar. Cambiar cómo pensamos puede cambiar por completo cómo vivimos. Es un proceso de autodescubrimiento donde aprendes a identificar esas ideas que te limitan y a reemplazarlas por pensamientos más reales, más amables, más tuyos. No se trata de negar lo que sientes, sino de aprender a mirar tu historia con compasión y no con juicio.
Quiero que recuerdes que pedir ayuda no te hace débil; al contrario, te hace valiente. Que cuidar tu salud mental no es un lujo, es una forma de amor propio. Y que sanar no siempre significa sonreír, sino permitirte sentir sin miedo. Cada paso que das hacia tu bienestar aunque parezca pequeño es una declaración poderosa: “Estoy eligiendo mi paz.”
Este espacio, mis palabras, y cada encuentro terapéutico que tengo con mis pacientes están guiados por una convicción: la mente puede aprender a sanar cuando se le enseña a pensar con amor. No importa cuántas veces hayas caído, ni cuánto hayas perdido; dentro de ti hay una fuerza que espera ser recordada.
Así que hoy quiero invitarte a detenerte un momento, respirar profundo y reconocer todo lo que has logrado hasta aquí. No necesitas tener todas las respuestas para empezar. A veces, el primer paso hacia el bienestar es tan simple y tan valiente como decir: “necesito ayuda.”
Y si alguna vez dudas de tu valor, de tu capacidad o de tu propósito, recuerda esto: la vida no te pide perfección, te pide presencia. Estás aquí, y eso ya es suficiente para empezar a reconstruirte con amor, paso a paso, pensamiento a pensamiento, día a día.
Con respeto, empatía y esperanza,
Estibel Palomeque
Psicólogo con enfoque TCC 💙✨