02/12/2025
En un mundo que premia la velocidad, la productividad y el ruido, la quietud parece un lujo. Pero no lo es. Es una necesidad biológica, psicológica y existencial.
El Dr. Mario Alonso Puig lo afirma con claridad: “La quietud activa procesos de regeneración física y mental que el estrés bloquea.”
Desde la psicología, sabemos que el sistema nervioso necesita pausas para restaurarse. Y Desde la logoterapia, entendemos que la quietud no es vacío, sino espacio para el sentido.
¿Por qué es tan difícil estar en silencio? Porque en la quietud aparecen las emociones que evitamos, las preguntas que postergamos y la conciencia de lo que no está resuelto.
Pero también aparece la posibilidad de escucharnos, de reconectar con lo esencial y de elegir desde la libertad, no desde la reacción.
La quietud no es pasividad. Es presencia. Es el momento en que el cuerpo deja de defenderse, la mente deja de huir, y el alma puede empezar a hablar.
No todo se resuelve haciendo más.
A veces, lo que sana… es detenerse.