13/07/2025
✨ Hoy 13 de julio es el Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad y quería aprovechar la ocasión para reflexionar y contarles un poquito mi experiencia:
Soy psicóloga… y hace casi 5 años me diagnosticaron con TDAH. ¿Cómo no me di cuenta antes? ¿Cómo es que de niña nadie se dio cuenta?
Pues si... Antes de eso, yo pensaba que simplemente era atarantada, despistada, que me costaban cosas que a otras personas no. Me exigía el doble para rendir lo mismo… y me culpaba cuando no podía. Pero el ser siempre buena estudiante y "tranquilita" hizo que nadie lo notara.
En las mujeres, el diagnóstico suele llegar tarde. Muchas aprendimos a rendir más, a disimular, a callar. Por eso el TDAH pasa desapercibido durante años, como me pasó a mí. Durante mucho tiempo, la investigación se centró casi exclusivamente en niños, especialmente varones. Se hablaba del típico niño inquieto y distraído… pero nadie miraba a las niñas silenciosas con mentes aceleradas.
Por eso el TDAH no siempre se nota. No siempre es moverse sin parar. En mi caso, y de much@s otras, la hiperactividad es interna: una mente que no se apaga.
Y así se ve en mi día a día:
🔸 Respondo conversaciones en mi cabeza… y olvido hacerlo en realidad.
🔸 Me bloqueo ante tareas simples.
🔸 Me hiperconcentro o me saturo con facilidad.
🔸 Olvido cosas, aunque use mil recordatorios.
🔸 Me frustro porque quiero hacerlo bien… pero no siempre puedo.
No todos los casos necesitan medicación. Yo la usé un tiempo, en una crisis donde los síntomas se intensificaron. Con el acompañamiento de mi psicóloga y estrategias concretas, he aprendido a vivir con más calma y menos exigencia.
No vamos a romantizarlo: vivir con TDAH no es fácil. Pero la comprensión hace la diferencia. Nos ayuda a dejar de juzgarnos, a buscar soluciones prácticas y tratarnos con más amabilidad.
A veces todavía caigo en la trampa de querer ser como l@s demás. Pero hoy me entiendo, me acompaño… y me abrazo distinto.
💛 Si te sentís identificad@, pedir ayuda puede ser un gran alivio. Entender lo que te pasa no te encasilla: te libera.