01/12/2025
El Ejército costarricense y su abolición.
Un jueves 31 de agosto de 1848 y ostentando la presidencia de Costa Rica el Dr. José María Castro Madriz, nuestro país se proclama al mundo como nación soberana. Para los efectos hay una historia que genera la constitución del Estado costarricense, al que se le suma el desarrollo del Ejército Nacional, mismo que fue la base fundamental de defensa en la guerra contra los Filibusteros.
Si tenemos que hablar de la campaña de 1856, la gesta de los costarricenses es más que histórica e importante significa el defender al istmo centroamericano, pero pone un alto a lo que parecía la conquista de toda América Latina.
Posterior a 1848 y hasta 1856, existió un auge expansionista, nuestra Nación encauza un aspecto de valentía y lidera una guerra contra mercenarios que pagados y al clamor de una doctrina estadounidense del siglo XIX denominada “El Destino Manifiesto” creían que Estados Unidos estaba destinado divinamente a expandir su territorio a través del continente americano.
Las falanges mercenarias tenían el beneplácito de Washington, bajo la Doctrina Monroe, que es un principio de política exterior de Estados Unidos, proclamado en 1823, establecía que los países europeos no debían intervenir en los asuntos del hemisferio occidental. Su lema era "América para los americanos", y buscaba evitar la colonización europea, pero justificar la creciente influencia de Estados Unidos en la región. (expansionismo puro y enmascarado, que en menos de 2 años de 1846-48 Estados Unidos le quita la mitad del territorio a México)
Ante la amenaza del credo doctrinal de los Estadounidenses y su aparición en la hermana república de Nicaragua, es que en 1849, una de las primeras acciones del gobierno del presidente Juan Rafael “Juanito” Mora Porras, publica el Reglamento de Milicias, el cual crea una fuerza permanente, es decir el “Ejército Nacional costarricense”, el cual debe tener un mando único y dependiente del Presidente, conformado de los siguientes cuerpos de ejército: infantería, caballería, artillería, ingeniería y un estado mayor.
Este Ejército recauda para la Nación costarricense los diversos cuerpos de milicias privadas de haciendas y fincas, por lo que, en 1850 son parte del articulado ejército, concebido para garantizar el orden y la estabilidad. Para 1852 el Gobierno contrata al coronel polaco Fernando von Salisch como jefe instructor militar, con la misión de profesionalizar las fuerzas armadas, su rango cambia a General, y su misión organizar la instrucción y preparación de las tropas y mandos del Ejército Nacional.
Hacia finales de 1854 en toda América Central un partido pro-anexionismo norteamericano, empieza a tener presencia política, aspecto que hace que Costa Rica se prepare para un posible conflicto. La decisión inicial de aumentar de 6.500 a 9.000 el número de plazas del ejército, la adquisición de armamento (fusiles ingleses y cañones).
La amenaza se vuelve más latente en el momento en que en la capital estadounidense el periódico Washington Star, en febrero de 1855 publicó: “Ya es tiempo de que una raza de hombres del Nor¬te suplante a la corrompida, bastarda y degenerada raza que tan terriblemente aflige a la América Central”.
La historia de la guerra de 1856 es un monumento a la fortaleza humana, al empeño por preservar la paz, aunque se tenga que recurrir a la guerra, pero la más sonada decisión para fortalecer la soberanía y libertad.
El ejercito como institución fue parte de una historia de lucha por la defensa de la libertad, luego fue una herramienta para fusilar un héroe, para instaurar y perpetuar a 2 dictadores, se desnaturaliza y evoluciona en retroceso. Para 1930 ya había perdido su poder y organización, posterior a la revolución, se decide un miércoles 1 de diciembre de 1948 su abolición definitiva, pasando el cuartel Bellavista a ser el Museo Nacional, la última morada de ese ejército.
Fue precisamente en ese sitio donde simbólicamente el romper una de sus paredes de ladrillo, permitió firmar el compromiso con el desarrollo de Costa Rica, en un mundo de paz, justicia y Libertad, fortaleciendo el sistema político y social civilista, a la vez que se redireccionan los fondos económicos hacia áreas vitales como: la educación, la salud, la seguridad, las telecomunicaciones, la Protección social, vivienda, sistema político-judicial, la ciencia, y la cultura. Esto es parte de un sistema equitativo del desarrollo aplomado en el Progreso y la Dignidad Humana.
Esa es la Costa Rica moderna que abandonó las armas, que las usó para luchar por su libertad, esta es la patria que también desapareció el ejército para invertir en paz permanente.