28/08/2023
La lectoescritura a temprana edad
El consenso es que los niños no deben comenzar a leer y a escribir antes de los 6 años y que es un error introducir la lectoescritura demasiado pronto en la educación de los niños, otra de las fallas de los sistemas educativos.
En Gran Bretaña, los niños comienzan a leer y a escribir a los cinco años, en China empiezan a leer a los tres años y a escribir a los seis años, en Polonia ya en preescolar los niños aprenden las primeras letras, igual que en España y otros países de todo el mundo. Frente a ellos Finlandia, uno de los países en los que siempre destaca sus sistema educativo, ahí los niños no comienzan a leer y escribir hasta los 7 años. Viendo esto nos preguntaríanos: ¿Quién hace lo correcto?
Tanto los expertos, los educadores y los padres podemos ver la dificultad de algunos niños cuando se intenta que sin ninguna opción, comiencen a leer y a escribir antes de los seis años. Y es que muchos niños todavía no están preparados, ni han alcanzado las habilidades necesarias para poder realizar ese aprendizaje. Hay niños que sienten curiosidad por leer y escribir antes de los seis años e incluso lo logran sin gran esfuerzo y con ganas de hacerlo, pero siendo claros, no es lo normal y suele ser excepcional. Cada niño evoluciona a su ritmo y, algunos ya están preparados para ciertos aprendizajes, mientras que otros no. Estas diferencias evolutivas suelen pagarlas los que aprenden más despacio ya que la educación, en general, suele ser estándar y no individual.
Analizando esto nos preguntaríamos entonces: ¿Cuándo deben saber leer y escribir los niños?, ¿qué es lo correcto?, ¿a qué edad deberían aprender a leer y escribir los niños? Quizá lo más importante no es marcar una edad concreta, sino saber si el niño está preparado para el aprendizaje de la lectoescritura y fomentar el desarrollo y el estímulo de esas capacidades que le llevarán a poder adquirir esa habilidad.
Aun así, la realidad es que, en muchos países, los niños comienzan a leer y a escribir demasiado pronto, esto no solo lo digo yo viendo la experiencia de mis hijos y sus amigos, lo dicen expertos pedagogos y profesores que afirman que la introducción a la lectoescritura se está haciendo cuando el niño no ha alcanzado la madurez suficiente para adquirir ese aprendizaje.
¿Cuál es la urgencia?, ¿Por qué tanta prisa?, ¿No deberían jugar, desarrollar habilidades sociales o aprender a comunicarse antes que hacer fichas con cuatro o cinco años de edad?
Algunos expertos, como la Doctora Lilian Katz, Profesora Emérita de educación en la Universidad de Illinois que da conferencias alrededor del mundo sobre la educación en los primeros años, sugiere que si se comienza la enseñanza formal de la lectura muy temprano, es posible que los niños aprendan a leer y escribir, pero si observamos a esos niños a la edad de once o doce años, veremos que lo hacen mucho mejor aquellos que tuvieron un aprendizaje más informal a edades más tardías. Además, alerta que la introducción temprana de la lectoescritura es más perjudicial para niños que para niñas.
Un estudio de la Universidad de Cambridge dirigido por Robin Alexander afirma que a los cuatro o cinco años los niños no están preparados para comenzar a recibir una educación más formal estructurada en materias. El aprendizaje debe estar basado en mejorar sus habilidades a través del juego. Aun así, políticas, sistemas educativos, planes de estudios de muchos colegios y algunos padres insisten en comenzar durante la educación infantil con la introducción de la lectoescritura mediante fichas u otros métodos "innovadores" o "facilitadores".
Afirman que los niños están en su mejor momento de aprendizaje y que, pueden aprender a leer y escribir antes de los seis años si lo hacen como un juego, eso por su plasticidad cerebral pero a esa edad los niños que todavía no han adquirido las habilidades motrices necesarias como para tomar bien el lapicero cuando se les está pidiendo que escriban su nombre, otros no son capaces de leer sílabas sin que ello suponga una gran angustia. No son niños que tengan problemas de aprendizaje, son niños que todavía no están preparados para leer y escribir. Todo esto ocurre en la etapa infantil, cuando se supone que deberían estar explorando, jugando, fomentando la curiosidad, la creatividad, el descubrimiento...
Cuando se le fuerza a ello y el niño no está preparado para leer y escribir antes de los seis años, lo único que se consigue son cosas como estas seis: (1) Que el niño puede sufrir un rechazo y un bloqueo por lo que se frenaría el aprendizaje natural y le haría mucho más difícil al niño en lugar de una aventura feliz. (2) Podría tener más faltas de ortografía en un futuro debido a un mal aprendizaje. (3) Sentimiento de frustración, sobre todo si ve que otros niños de la clase son capaces de escribir letras o leer sílabas y él no. (4) Baja autoestima, un sentimiento de inferioridad frente al resto de compañeros. (5) Pérdida de interés por la lectura y la escritura y (6) Desmotivación, ya sea por miedo a no poder hacerlo o ansiedad ante el desafío.
Cada niño tiene un ritmo diferente para aprender a leer, algunos autores señalan que la edad óptima para empezar es antes de los cuatro y otros sostienen que debería empezar a los diez años. La diferencia de criterios es enorme.
La conclusión de psicólogos especialistas en el aprendizaje de lectura es que quizá no resulte adecuado preguntarse a qué edad se debe empezar a enseñar a leer, pero sí qué capacidades favorecerán el aprendizaje de la lectura.
Perfeccionar su lenguaje oral: Si el niño habla con fluidez y entiende lo que se le dice esto será muy importante en sus inicios en la lectura. Aunque pueda resultarte difícil de creer, la lectura no sólo consiste en leer una y otra vez, hay más habilidades que facilitan que lea de forma adecuadas. Numerosas investigaciones afirman que si se le lee a los hijos (aunque ellos aún no lean), se les habla con un vocabulario variado y rico y asi se estará ayudando a que sea un buen lector. La explicación es porque leer comprende dos partes: reconocer palabras y comprenderlas. Si las palabras que lee dejan de ser desconocidas, porque ya las ha escuchado y sabe su significado, sólo tendrá que esforzarse en reconocerlas visualmente.
Potenciar su memoria visual y auditiva a corto y largo plazo: La memoria es una habilidad fundamental en la comprensión del lenguaje. Repetir una palabra ayudará a que el niño la memorice y una vez que está memorizada, la leerá con mayor fluidez y eso le permitirá comprenderla mejor. Un reciente estudio publicado por investigadores de la Universidad de Oviedo (Asturias) ha señalado que la repetición ayuda a que la lectura mejore y sea más fluida. No se trata de repetir muchas veces, más bien el único requisito es que las repeticiones se produzcan en voz alta durante seis u ocho ocasiones para que un niño que no tenga problemas de lectura lo pronuncie de forma fluida, en el caso de que tuviera alguna dificultad específica necesitaría aumentar el número de repeticiones.
Mejorar su conciencia fonológica: La conciencia fonológica se produce cuando el niño es capaz de reconocer que a un determinado sonido (fonema) le corresponde una letra (grafema). Para leer se necesita que el niño reconozca las letras, luego que forme sílabas y más tarde que reconozca la palabra y comprenda su significado. Las investigaciones han demostrado que la conciencia fonológica es un predictor fundamental para que el niño lea con éxito. Para mejorarla en la casa es más fácil de lo que parece inicialmente, se pueden usar canciones, juegos o adivinanzas.
Perfeccionar sus habilidades visuales y auditivas: Un niño que está leyendo se concentra tanto en reconocer las letras que a veces olvida apoyarse en otros recursos para comprender el texto por ejemplo los dibujos que están a su alrededor o incluso escuchar los sonidos que está diciendo al leer en voz alta. Al principio, exige tal nivel de concentración que una vez que han leído, no se dan cuenta que han cometido un error hasta que unen las sílabas y las convierten en una palabra. Por tanto, se debe tratar de leer libros ilustrados o sin palabras en los que se estimulen sus habilidades, hará que comprendan que la lectura es algo más que leer unas letras.
Motivación: Todas estas habilidades no sirven si no hay un interés por aprender y si se les obliga se va a conseguir justo lo contrario. La lectura debe asociarse a algo divertido y para ello puede ser un buen recurso en los ratos que está con los papás, de forma informal, como hacer una receta contigo, repetir o sacar rimas divertidas o cantar para que se sepa la letra. No hay que olvidar que leemos para relacionarnos con el mundo, así que es importante hacerlos ver para qué va a necesitar leer en su día a día.
En resumen, deben haber factores no solo del desarrollo cognitivo, cerebral y motor para que puedan hacerlo, sino también su desarrollo físico y difícilmente antes de los seis años todo eso esté desarrollado.