07/11/2025
Cuando el sustillo se hace gigante: hablemos de fobias.😮💨😮💨
Las fobias son de esos miedos que se sienten enormes, aunque en el fondo sabemos que la situación no es tan peligrosa como la vivimos. Desde la psiquiatría, entendemos que la fobia es como un susto aprendido que quedó grabado en el cerebro y que después aparece una y otra vez, como si fuera automático.
✈️ Ejemplo: el miedo a volar
Aquí en Costa Rica, mucha gente me dice: “Doc, yo prefiero agarrar el bus para Guanacaste que montarme a un avión para Panamá, ¡aunque el viaje sea más largo!”. Y no es que el avión sea inseguro (de hecho, es de los medios más seguros del mundo), sino que el cerebro hace una jugada curiosa:
🧠 La amígdala cerebral (la parte que regula los miedos) se activa con todo.
💥 El cuerpo empieza con señales de alarma: corazón a mil, sudor frío, ganas de salir corriendo.
📌 Muchas veces esto nace de algo chiquitillo: una turbulencia fea, una noticia de accidente, o hasta que en la familia alguien siempre decía “yo no confío en los aviones”. Y ahí se sembró la semillita.
Con el tiempo, esa asociación se hace tan fuerte que el simple hecho de pensar en volar ya dispara la ansiedad. Es como cuando un perro escucha las llaves y de una vez sabe que lo van a sacar a pasear 🐕✨. El cerebro “aprendió” a adelantarse.
💚 La parte bonita es que esto tiene solución:
🌱 Con terapia cognitivo-conductual, donde poquito a poco la persona va perdiéndole el miedo.
🌱 Con técnicas de respiración y relajación que ayudan a bajarle el volumen a la ansiedad.
🌱 Y en algunos casos, con medicación que acompaña el proceso y le da al cuerpo chance de sentir paz mientras el cerebro reaprende.
✨ En resumen: no es el avión, ni el bus, ni la situación. ¡Es el cerebro haciendo de las suyas! Y así como aprendió a encender el miedo, también puede aprender a apagarlo. 💪🌈