01/12/2025
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LA RESPONSABILIDAD DE TÚ PROCESO ...
La responsabilidad es uno de los valores que se requieren para hacer un trabajo terapéutico. Es una responsabilidad bilateral en el rol del paciente y el del terapeuta, y que ayuda a sostener el vínculo paciente-terapeuta.
En el paciente, puede consistir en asumir las consecuencias de sus actos dentro y fuera del espacio terapéutico. Una de las formas en las que les causa mucho conflicto es asumir la responsabilidad económica como consecuencia de no haber planeado u organizado sus tiempos para lograr asistir a su espacio previamente acordado, después de haber recibido, comprendido y acordado un contrato terapéutico. A veces me toca leer en algunos grupos de Facebook publicaciones donde se consulta "si está bien o mal que la psicóloga/o le esté cobrando la sesión después de no haber asistido". Algunas personas, por no asumir su responsabilidad económica, prefieren no continuar con su proceso terapéutico, y quienes sí la asumen cubren su costo. También hay pacientes que comunican su situación financiera que imposibilita hacer el pago de su inasistencia, y conmigo no hay problema, pues está implícita su responsabilidad: el reconocimiento y dimensión de lo que implica no asistir a una sesión de psicoterapia.
En otros casos, existen personas que de forma desesperada, atravesadas por una angustia que las consume, buscan agendar una cita con la finalidad de dejar de sufrir su padecimiento; como si en una sesión fuera posible desarticular los hábitos o patrones de relacionamiento que se han reforzado por años de experiencia en nuestra inmersión social y cultural. No siempre hay espacio cuando se requiere, pues
En las personas con cita cancelan con anticipación. En algunos casos, después de unos días el malestar que llevó a buscar ayuda profesional de urgencia disminuyó, regresando la sensación de alivio, pues es posible volver a contener lo que estaba siendo complejo de sostener.
Algunos algunos casos, la interrupción del proceso se debe a problemas de planificación con sus actividades personales: "es el cumpleaños de tal persona y lo había olvidado", "tengo examen ese día", "tengo otra cita con tal especialista", "voy a ir a hacer un trámite y choca con la hora", entre otros ejemplos; "decidimos darnos otra oportunidad". En efecto, es cine.
La responsabilidad también puede encontrarse en lo que el paciente puede llevarse como herramienta que le permita usarla para hacer frente a sus situaciones cotidianas que guardan relación con su motivo de asistencia terapéutica: ejercicios, metáforas, recomendaciones generales para la salud, acuerdos explícitos, etc.
En el terapeuta también reside la responsabilidad en cada sesión que integra el proceso terapéutico, las cuales van desde estar a tiempo y atender con tiempo a su paciente, respetando los lineamientos del contrato terapéutico. La responsabilidad del terapeuta es amplia y tiene el alcance de funcionar como un agente responsable de la salud mental de su paciente en el espacio terapéutico, a tal grado que, si la responsabilidad nos rebasa, consideramos derivar a otro colega o apoyarnos en las interconsultas con otros especialistas. Un caso con algún paciente o familiares que no puedan sostener la responsabilidad puede llevarnos a sentir que estamos atorados en el proceso, y nuestra responsabilidad es derivar si después de haberlo hecho saber no hay cambios.
Como psicoterapeutas, requerimos planear los avances para las sesiones venideras con los pacientes. No crean que solo nos sentamos en un sofá para ver de qué tema vamos a hablar el día de hoy. Detrás de cada consulta hay lectura previa, planificación de actividades y notas para registrar avances como registros psicoterapéuticos; bueno, en mi caso así lo es.
Las reglas en el entorno terapéutico no tendrían que ser rígidas, también pueden contener flexibilidad, pues el objetivo es aumentar la responsabilidad, contribuir a la madurez y adultez íntegra del paciente con su proceso, no a que tenga miedo a su consulta o a no fallar.
Las citas canceladas tienen un costo de operación, tiempo y financiero, lo que posterga que el psicoterapeuta continúe brindando el servicio a personas que lo necesitan. Es entendible que ocurran eventos inesperados en sus vidas: tráfico de traslado, discusiones en casa, juntas en la escuela, reuniones de trabajo, actividades académicas, acontecimientos de la mecánica de su auto, clima poco favorable o enfermedades.
En dicha situación, seamos responsables y justos con nuestras obligaciones en nuestras citas, en consideración al manejo de los tiempos y espacios que para algunas personas les son vitales cuando una emergencia en su situación de vida actual les transita. Cualquier política de atención en los servicios contribuye a conservar un estándar de atención.
Saludos, justo y necesario.