12/09/2025
Hemos sido bendecidos con muchos talentos en el colegio entre esos está la pluma de Santiago Huertas Aguilar de 9no año quien nos comparte su poema a Costa Rica 🇨🇷 Un poema que es un llamado a la consciencia y a la acción.
No dejen de leerlo y compartirlo.
YO DENUNCIO POR COSTA RICA
¡Ay, Costa Rica mía!
verde herida,
cuerpo de volcanes dormidos,
casa de infancia,
donde todos corrimos con zapatos polvorientos
por la Sabana, por el Paseo Colón,
por los pasillos húmedos del Museo de los Niños,
creyendo que la vida era limpia.
Hoy te veo sobre la mesa,
servida en un plato de arroz, frijoles y plátano,
con la carne sudando calor,
con la ensalada brillando de frescura,
y nadie la toca.
¡Se enfría la patria, pueblo mío!
Se enfría porque la estamos dejando sola,
porque los politiqueros se roban el tenedor,
porque los siervos menguados
se inclinan como bestias domesticadas,
y prefieren lamer la mano del amo
antes que defender su tierra.
Yo denuncio.
Yo denuncio a los que venden la patria
como si fuera gallina en feria,
a los que firman tratados con sangre prestada,
a los que hipotecan la memoria
de los abuelos campesinos
que regaron esta tierra con sudor.
Yo grito.
Yo grito contra los politiqueros de corbata azul,
contra los falsos mesías con sonrisa de billete,
contra los bufones que llaman progreso
a enterrar la patria bajo concreto
y deuda extranjera.
Yo digo.
Yo digo que no se me olvida
la Romería de rodillas,
ni el olor a lluvia en San Ramón,
ni la pólvora en Zapote,
ni los helados de carretilla en Puntarenas,
ni el gallo pinto de madrugada
en las terminales de bus.
No se me olvida lo que éramos,
¡y no acepto lo que nos quieren volver!
Yo denuncio.
Denuncio a los que se esconden tras discursos huecos,
a los que se toman fotos con niños en campaña
y luego cierran escuelas,
a los que aplauden al extranjero
mientras escupen al campesino.
Denuncio a los bancos que chupan la sangre del pueblo,
a los ministros que reparten contratos
como cartas marcadas,
a los diputados que se venden por una migaja,
a los presidentes que olvidan el juramento
y se arrodillan en templos de oro.
Denuncio.
Denuncio el hambre en las casas humildes,
las madres que hacen milagros con un paquete de arroz,
los jóvenes que emigran porque aquí no hay futuro,
los abuelos que mueren esperando una pensión.
Denuncio la mentira que llaman democracia,
la risa podrida de los traidores,
la mordaza invisible que nos ponen en la boca,
la deuda que nos persigue como sombra de muerte.
¡Ay, patria mía!
te están enfriando como plato olvidado,
te están apagando como candil sin aceite,
te están enterrando como semilla sin agua.
Pero yo no me callo.
Yo denuncio, yo grito, yo digo.
Lo digo en el Parque Central,
lo grito en la Sabana,
lo lloro en Cartago,
lo canto en Guanacaste,
lo maldigo en Limón,
lo escribo en Puntarenas,
y lo tallo en las piedras de los ríos.
Porque la patria no es de ellos,
la patria es nuestra,
y aunque quieran enfriarla,
aunque quieran venderla,
aunque quieran callarla,
¡seguirá viva en nuestra sangre!
Pueblo mío,
levántense conmigo,
no dejen que la patria se enfríe,
no dejen que nos la roben en silencio.
¡Enúncienlo conmigo!
grítenlo en las calles,
grítenlo en las aulas,
grítenlo en las montañas:
Todo ser humano en esta tierra
tiene derecho a la dignidad.
Y Costa Rica debe preservarla.