Dra. Katiuska De Camps

Dra. Katiuska De Camps Médico Psiquiatra .MA: Alta Gerencia, Neuropsicología Clínica y Terapia Familiar. Column Writers. Online consultations 🧠

Eje Diabetes - Cerebro (2da Parte)🧠La frecuente conexión bidireccional entre la diabetes y los trastornos del estado de ...
11/11/2025

Eje Diabetes - Cerebro (2da Parte)🧠
La frecuente conexión bidireccional entre la diabetes y los trastornos del estado de ánimo revela mecanismos neurobiológicos y psicosociales que exigen un abordaje integral desde la psiquiatría, la neuropsicología y la gerencia clínica.

El 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes.

En la consulta he observado con creciente preocupación cómo la Diabetes mellitus no sólo afecta el páncreas, los vasos y los órganos periféricos: afecta profundamente el cerebro, las emociones, la familia y el trabajo. Así, la diabetes y la salud mental se entrelazan en una relación bidireccional, y comprenderla es clave para brindar atención de calidad en un mundo —y en un país — donde ambas patologías van en aumento.

La diabetes tiene múltiples sendas de impacto cerebral:

☆ Inflamación y estrés oxidativo crónico: La hiperglucemia sostenida, la resistencia a la insulina, y el exceso de ácidos grasos libres promueven un estado inflamatorio (citoquinas IL-6, TNF-α) que altera la señalización neuronal, reduce la neuroplasticidad y daña circuitos del estado de ánimo.

☆ Disfunción del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HPA): El estrés crónico ligado a la carga de enfermedad favorece elevaciones de cortisol que inducen resistencia a la insulina.

☆ Alteración de neurotransmisores:
● Insulina cerebral y dopamina (motivación/recompensa):
insulina modula la liberación de dopamina en estriado/núcleo accumbens; cuando hay resistencia a la insulina en el cerebro, disminuye el “tono dopaminérgico” y se altera la motivación y el placer (anhedonia).
● Triptófano vía del quinurenina y serotonina (ánimo/ansiedad):
inflamación asociada a diabetes desvía el triptófano hacia la vía del quinurenina, reduciendo su disponibilidad para sintetizar serotonina; se vinculan a depresión y ansiedad Bodnaruc et al (2024).
● Glutamato y GABA: alteraciones sugiere un desbalance excitatorio-inhibitorio que puede traducirse en irritabilidad, niebla mental y fatiga.
● Acetilcolina (memoria/atención):la insulina regula liberación y recaptación de neurotransmisores y participa en aprendizaje y memoria; la resistencia a insulina puede deteriorar estos procesos, Bodnaruc et al, (2024).
● Noradrenalina: la hipoglucemia activa catecolaminas (adrenalina/noradrenalina) generando palpitaciones, temblor y ansiedad; con episodios recurrentes puede alterarse la percepción de hipoglucemia y aumentar síntomas ansiosos.

☆ Daño microvascular y neurodegeneración: La diabetes favorece disfunción microvascular cerebral, alteración de la barrera hemato-encefálica, y daño del tejido cerebral que puede manifestarse como deterioro cognitivo o cambios de ánimo.

En conjunto, estos mecanismos generan un entorno cerebral donde la regulación emocional, la motivación, el ritmo del sueño-vigilia y la cognición se ven comprometidos. Estos síntomas suelen pasar desapercibidos, confundidos con “estrés” o “agotamiento”, cuando en realidad son señales de que la diabetes está afectando el cerebro.

En la consulta uno puede observar cómo un paciente diabético antes funcional comienza a tener lapsos de descuido en la administración de sus medicamentos (insulina, etc.), olvido de revisión de glucosa, saltarse comidas o hacer atracones, acompañado de tristeza o ansiedad, irritabilidad, distractibilidad o problemas de memoria, algunos inclusos refieren que no necesitan sus medicamentos debido a los suplementos vitamínicos, te de infusiones que vieron por las redes sociales y está sano, pero presentan:

◇ A nivel laboral aparece: bajo rendimiento, absentismo, mayor fatiga, dificultad para concentrarse.

◇ En la familia: la pareja o los hijos asumen un rol mayor de supervisión, aparece conflicto por los “errores” en el autocuidado, y el estigma —“ya tiene diabetes, ¿y ahora está deprimido?”— agrava el aislamiento.

◇ En los niños/adolescentes, la comorbilidad puede retardar el desarrollo neurocognitivo, disminuir el rendimiento académico y aumentar la carga familiar de supervisión.

◇ Los adolescentes con diabetes tipo 1 pueden manifestar resistencia al tratamiento, rebeldía, bajón emocional o ansiedad vinculadas a la hipoglucemia nocturna.

◇ Edad avanzada: mayores probabilidades tanto de diabetes como de depresión, múltiples comorbilidades, lo que agrava la interacción.

◇ Mujeres: tienden a reportar más síntomas de depresión (más internalización), posiblemente por vulnerabilidad biológica (eje HPA, estrógenos) y por mayor carga social.

◇ Hombres: más conductas de evitación o afrontamiento activo (irritabilidad).

En el 2025 se destaca la medicina integrativa:

♡ Mind-body therapies, intervenciones dietéticas, terapias psicocorporales como complementos prometedores en la diabetes con patología mental.
♡ Los modelos de atención integrados (endocrinología +psiquiatría +psicología) mejoran la adherencia, el control glucémico y el bienestar psicológico.
♡ Exploración de biomarcadores de inflamación, niveles de NTs y microbioma intestinal como parte del mapeo neurobiológico de esta patología dual.

En la práctica clínica, es fundamental anticipar: ante un paciente diabético con fatiga persistente o distractibilidad, bajo ánimo o ansiedad, irritabilidad o descuido en el tratamiento, debemos sospechar una comorbilidad que va más allá del mero “manejo difícil”.

Como psiquiatra con experiencia en neuropsicología clínica, terapia familiar y alta gerencia, mi llamado es claro: si usted tiene diabetes y ha observado cambios en el estado de ánimo, la motivación, el sueño, las relaciones familiares o su rendimiento laboral no lo atribuya solo al “estrés de la enfermedad”. Consulte a un profesional de salud mental. Este enfoque no solo mejora el bienestar psicológico, sino que potencia el control de la diabetes y la vida familiar.

La comorbilidad diabetes-salud mental no sólo es un problema individual: es un reto de salud pública, con impacto en productividad laboral, costos sanitarios y calidad de vida de las familias. Reconocer ese vínculo y tratarlo a tiempo es una oportunidad para recuperar el equilibrio emocional y prevenir complicaciones.

La salud mental es para todos —y es lo primero.

Eje Diabetes - cerebro 🧠 (1era Parte)La diabetes ya no puede verse únicamente como un trastorno metabólico: es un desord...
04/11/2025

Eje Diabetes - cerebro 🧠 (1era Parte)
La diabetes ya no puede verse únicamente como un trastorno metabólico: es un desorden integral que afecta la salud mental se entrelazan en una relación bidireccional, y comprenderla es clave para brindar atención de calidad en un mundo —y en un país — donde ambas patologías van en aumento.

Desde el 2021 hemos notado en nuestra consulta un aumento de trastornos psiquiátricos asociados a la diabetes, evidenciando que esta enfermedad afecta mucho más que el sistema endocrino: altera la energía, el estado de ánimo, las emociones y el funcionamiento cerebral. Mi labor como médico psiquiatra va más allá de prescribir medicación; implica investigar las causas biológicas, neurológicas y psicológicas que originan o agravan la patología mental. Para ello, es esencial realizar estudios complementarios como análisis de laboratorio, neuroimágenes y evaluaciones neuropsicológicas antes de iniciar tratamiento. Hablar del eje diabetes – cerebro, es buscar crear conciencia sobre la necesidad de una evaluación médica integral y basada en evidencia científica, que permita comprender y tratar de forma efectiva la relación entre cuerpo, mente y metabolismo.

Durante muchos años se creyó que la diabetes afectaba únicamente al sistema endocrino. Sin embargo, las investigaciones más recientes han demostrado que esta enfermedad también impacta de manera profunda la química cerebral, modificando los neurotransmisores responsables del equilibrio emocional; como resultado, los cambios cerebrales y emocionales pueden manifestarse años antes del diagnóstico clínico, incluso antes de que el paciente perciba síntomas físicos, en una fase silenciosa conocida como prediabetes. Si no se controla adecuadamente el tratamiento, estas alteraciones neuroquímicas pueden cronificarse y acentuar el deterioro emocional y cognitivo del paciente diabético con el paso del tiempo.

La diabetes es una enfermedad crónica en la que el cuerpo no regula correctamente el glucosa (azúcar) en la sangre. Esto sucede porque ocurre alguna de estas dos grandes fallas:

1- El páncreas no produce suficiente insulina (la hormona que permite que la glucosa entre en las células).
2- El cuerpo no utiliza bien la insulina que produce —es decir, hay resistencia a la insulina— y, además, con el tiempo, las células del páncreas encargadas de producirla se deterioran.

Contribuyentes:
◇ Factores genéticos y ambientales: obesidad, sedentarismo, dieta poco saludable, estrés, etc.
◇ Inflamación, estrés oxidativo, depósitos de lípidos ectópicos (grasa donde no debería estar) también juegan un papel clave en la progresión de la enfermedad.

La consecuencia común de esas fallas es un exceso de glucosa en sangre (hiperglucemia) de forma mantenida, lo cual puede dañar distintos órganos y sistemas.

Aunque hay varias formas, los dos tipos más comunes son:

☆ Diabetes tipo 1 (T1D): el sistema inmunitario ataca las células β del páncreas que producen insulina; por lo tanto, hay una deficiencia marcada de insulina.
☆ Diabetes tipo 2 (T2D): es mucho más frecuente (aproximadamente ~90 % de los casos) y se caracteriza por resistencia a la insulina + deterioro progresivo de la producción de insulina.

Además, existen otras formas menos frecuentes como la diabetes gestacional (durante el embarazo) y formas causadas por alteraciones genéticas (monogénicas), etc.

Algunos de los signos más comunes incluyen:

● Sed excesiva, necesidad de orinar frecuentemente.
● Hambre persistente, incluso después de comer.
● Fatiga inexplicada.
● Visión borrosa.
● Heridas que tardan mucho en sanar.
● En algunos casos, pérdida de peso inesperada (especialmente en T1D).

Estos síntomas deben hacer pensar en la necesidad de evaluación médica para descartar o confirmar diabetes.
Sin un buen control, la diabetes puede afectar muchos órganos: riñones (nefropatía), ojos (retinopatía), nervios (neuropatía), vasos sanguíneos (cardiovasculares). Además, hay mayor riesgo de infecciones, amputaciones y menor calidad de vida.

Cambios neurocognitivos tempranos

Willmann et al. (2020) mostró que la resistencia a la insulina, incluso sin diabetes manifiesta, predice deterioro cognitivo leve, fallos en memoria y atención. Estas alteraciones parecen vincularse a un hipometabolismo cerebral precoz (menor consumo de energía en regiones frontales y temporales), como comprobó un estudio de neuroimagen en adultos mayores con prediabetes, Kim J. et al. (2021).

En la actualidad los resultados apuntan a que el cerebro envejece más rápido cuando existe disfunción metabólica, incluso antes de que la glucosa supere los valores diagnósticos.

Síntomas específicos para vigilar

Basándonos en los hallazgos, estos serían algunos síntomas/emocionales/ neurocognitivos que podrían a parecer en la fase prediabética:

☆ “Niebla mental” (“brain fog”), dificultad para concentrarse, lentitud en procesar información.
☆ Disminución de la velocidad de procesamiento mental, o mayor esfuerzo para tareas ejecutivas (planificar, tomar decisiones rápidas).
☆ Alteraciones de la memoria de corto plazo.
☆ Cambios en el estado de ánimo: aumento de síntomas de depresión leve, ansiedad, preocupación excesiva por salud/metabolismo.
☆ Alteraciones en la conducta alimentaria: menor sensibilidad a la recompensa (dopamina/serotonina alteradas), comer emocionalmente, menor saciedad.
☆ Fatiga, falta de energía mental, incluso si no hay déficit físico claro.
☆ Alteraciones de la regulación emocional: irritabilidad, cambios del humor, menos resiliencia al estrés (relación con eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HPA)
☆ Signos de disfunción autonómica temprana: por ejemplo, variabilidad de la frecuencia cardíaca reducida, lo que podría manifestarse como mayor reactividad al estrés, menos capacidad de recuperación tras estímulos emocionales.

Reconocer estas señales tempranas permite prevenir daño cerebral y emocional, además de reducir el riesgo de progresar a diabetes tipo 2.

La intersección entre la diabetes y los trastornos del ánimo merece un abordaje que combine endocrinología, psiquiatría, neuropsicología y gestión clínica. El reto es grande, pero también lo es la oportunidad: al detectar a tiempo la carga emocional, tratar la disfunción neuroquímica y restablecer el equilibrio familiar y laboral, permitiéndonos transformar vidas.

En Santo Domingo, contar con un psiquiatra con experiencia en rehabilitación neurocognitiva, terapia familiar y alta gerencia permite a las familias dominicanas, así como a los turistas que nos visitan, acceder a un tratamiento integral para recibir atención especializada en los momentos más cruciales.

La salud mental es para todos. Hablemos de ello, actuemos y cuidemos la mente tanto como el cuerpo. Porque cuando el cerebro se conecta con la glucosa, el verdadero bienestar está en la integración

Neuroplasticidad 🧠Tu Cerebro Puede Cambiar, Aun Si Eres Adulto.La esperanza está en tus neuronas: cómo el aprendizaje, e...
28/10/2025

Neuroplasticidad 🧠
Tu Cerebro Puede Cambiar, Aun Si Eres Adulto.

La esperanza está en tus neuronas: cómo el aprendizaje, el ejercicio y la terapia pueden reescribir tu mente, sin importar tu edad.

Durante décadas se creyó que el cerebro adulto era como el cemento: una vez endurecido, no se podía moldear. Hoy, gracias a la neurociencia, sabemos que esta idea era errónea. La neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para adaptarse, reaprender y cambiar, no se limita a la infancia. En realidad, podemos modificar nuestras conexiones neuronales a lo largo de toda la vida.

Este concepto no solo transforma la medicina y la psiquiatría, sino que representa un mensaje de esperanza para millones de personas que lidian con depresión, trauma, ansiedad o deterioro cognitivo. Sí, puedes cambiar tu cerebro. Y estás a tiempo.

La neuroplasticidad es la capacidad del sistema nervioso para reorganizarse funcional y estructuralmente en respuesta a estímulos, aprendizajes o lesiones. Esta reorganización implica que:

☆ Se crean nuevas conexiones sinápticas.
☆ Se fortalecen (o debilitan) circuitos neuronales según el uso.
☆ Algunas áreas del cerebro pueden asumir funciones de otras dañadas.

Se trata de un fenómeno dinámico que ocurre en reposo, en movimiento, con la experiencia emocional y con la intervención terapéutica adecuada.

A nivel psicológico, esto se traduce en mayor flexibilidad cognitiva, resiliencia emocional y capacidad de desaprender automatismos dañinos.

Hay tres pilares fundamentales para potenciar la neuroplasticidad:

1- Meditación y atención plena: incrementan el grosor cortical en áreas relacionadas con regulación emocional y memoria (Davidson & Goleman, 2022).
2- Ejercicio físico regular: sobre todo el aeróbico, potencia el flujo sanguíneo cerebral, eleva el BDNF y previene el deterioro cognitivo (Kramer et al., 2023).
3- Aprendizaje constante: nuevos idiomas, música, escritura o resolver problemas estimulan redes neuronales adormecidas.

Además, las terapias neurocognitivas personalizadas, como las que aplicamos en rehabilitación psiquiátrica moderna, están diseñadas específicamente para redirigir patrones neuronales disfuncionales.

¿Cómo saber si necesitas terapia para mejorar tu neuroplasticidad?

Existen señales clínicas y diagnósticas que nos orientan a identificar un «bloqueo» en la capacidad de adaptación mental. Algunos síntomas incluyen:

◇ Dificultad para aprender o retener información nueva.
◇ Respuestas emocionales exageradas o desconectadas de la realidad.
◇ Rigidez mental o patrones repetitivos autodestructivos.
Somatización persistente sin causa médica.

Técnicas como las evaluaciones neuropsicológicas integrales y, los resultados de estudios neuroimagen funcional, etc. permiten identificar áreas con menor conectividad o actividad reducida, lo que ayuda a diseñar terapias personalizadas.

Factores como el estrés crónico, los traumas infantiles, el sedentarismo, la adicción digital y enfermedades neurológicas pueden reducir la plasticidad cerebral. Las siguientes condiciones lo reflejan:

● Ansiedad generalizada: sobreactivación de amígdala y poca flexibilidad prefrontal.
● Depresión: pérdida de volumen hipocampal.
● TEPT: reforzamiento de circuitos de hiperalerta.
● Trastornos neurodegenerativos: afectan la remodelación natural.

Diferencias por edad y género

♡ Mujeres, la neuroplasticidad puede fluctuar según los niveles hormonales (estrógenos la potencian).
♡ Hombres, suele estar más vinculada a estímulos motores y sensoriales.
♡ Niños y adolescentes, se observa una plasticidad «explosiva», ideal para intervención temprana.
♡ Adultos mayores, aunque disminuye, no desaparece: la clave está en mantenerla activa.

No estás condenado a quedarte igual. La neuroplasticidad no es solo una teoría científica: es una puerta abierta a una nueva versión de ti mismo. Cada pensamiento, cada emoción, cada pequeño cambio diario es una oportunidad de reconfigurar tu mente

En Santo Domingo Contar con un psiquiatra especializado en rehabilitación neurocognitiva, terapia familiar y alta gerencia permite que las empresas, las familias dominicanas como turistas que nos visitan puedan acceder a un enfoque integral, cálido y clínicamente fundamentado.

Tu salud mental es lo primero. Consulta. Escucha tu mente. Dale a tu cerebro la oportunidad de cambiar.

Salud mental en la escuela 🧠Educar la mente también es prevenir el sufrimiento. Incluir salud mental en el currículo esc...
21/10/2025

Salud mental en la escuela 🧠

Educar la mente también es prevenir el sufrimiento. Incluir salud mental en el currículo escolar podría salvar generaciones enteras.
En un mundo donde el estrés, la ansiedad y la depresión han dejado de ser temas exclusivos de la adultez, la salud mental infantil y adolescente se ha convertido en una prioridad global. La escuela —más allá de ser un espacio académico— es un entorno de socialización clave donde se fraguan muchos de los síntomas, traumas y comportamientos futuros.

¿Qué pasaría si tratáramos la salud mental con la misma urgencia que la matemática o la lectura?

La respuesta: podríamos prevenir, detectar y tratar muchas patologías antes de que se conviertan en crisis.

Desde una mirada neuropsicológica, sabemos que el cerebro de niños y adolescentes es altamente maleable. Esto significa que la intervención temprana puede modificar circuitos cerebrales, fortalecer funciones ejecutivas, y prevenir trastornos como la depresión, la ansiedad o el TDAH.

Los estudios recientes han demostrado que el estrés crónico escolar, la violencia psicológica, el bullying y la sobreexigencia académica activan el eje HHA (hipotálamo-hipófisis-adrenal), liberando cortisol de forma prolongada. Esto afecta la memoria, el sueño, el aprendizaje y la regulación emocional —con consecuencias a largo plazo en la salud física y mental.

A menudo, los síntomas no son reconocidos como signos de trastornos mentales. Algunos de los síntomas más comunes en contextos escolares incluyen:

● Irritabilidad sin causa aparente.
● Bajo rendimiento escolar subito.
● Aislamiento social o retraimiento.
● Conductas agresivas o disruptivas.
● Quejas físicas repetidas (dolor de cabeza, estómago) sin causa médica.

Estos comportamientos son señales, no simples “berrinches” ni “rebeldías”. Requieren atención, escucha y, en muchos casos, intervención terapéutica especializada.

Uno de los mayores obstáculos es el estigma social que persiste en torno a la salud mental. Muchos padres aún ven la consulta psiquiátrica como una “última opción” o una “vergüenza”. Y muchos adolescentes prefieren callar su sufrimiento por miedo a ser juzgados.

Cambiar esto empieza por la educación emocional desde la infancia, normalizando conversaciones sobre ansiedad,
tristeza, frustración, trauma y autocuidado.

Desde una visión gerencial, educativa y psiquiátrica, proponemos que las escuelas integren clases y programas de salud mental como parte del currículo. Algunas ideas/ algunas clases sugeridas para escuelas y universidades:

☆ Gestión emocional y resiliencia.
☆ Técnicas de afrontamiento del estrés.
☆ Prevención del bullying y cultura de paz.
☆ Herramientas de comunicación y resolución de conflictos.

Además, formar a maestros y orientadores escolares en primeros signos de alerta, y fomentar alianzas con centros de salud mental.

Según la OMS (2023), el 50% de los trastornos mentales comienzan antes de los 14 años, pero la mayoría no son detectados ni tratados a tiempo. En Latinoamérica, el aumento de diagnósticos de depresión y ansiedad en adolescentes ha escalado un 30% postpandemia, según datos de Unicef.

En países como Finlandia y Canadá, los programas escolares de salud mental han demostrado una reducción significativa de autolesiones, ausentismo escolar y conflictos familiares.

Entre las condiciones que se podrían detectar o tratar tempranamente están:

◇ Trastornos depresivos y de ansiedad.
◇ Trastornos de apego y trauma temprano.
◇ Trastorno de conducta y oposicionista desafiante.
◇Trastornos del espectro autista (TEA).
◇ TDAH y disfunciones ejecutivas.
◇ Somatización y trastornos psicosomáticos.

Muchas de estas condiciones tienen bases neurobiológicas, pero su evolución depende en gran parte de los contextos relacionales, educativos y familiares.

Educar en salud mental desde las aulas es una inversión en el futuro emocional de nuestra sociedad. Es enseñar que pedir ayuda no es rendirse, es cuidarse. Es formar generaciones que valoren su bienestar tanto como su éxito académico.

Consultar a un psiquiatra no es un signo de debilidad. Es un acto de responsabilidad, amor propio y protección familiar. Porque la salud mental es para todos y es lo primero.

Romper el Silencio 🧠El desconocimiento y el estigma retrasan la atención psiquiátrica, agravan las enfermedades y dañan ...
06/10/2025

Romper el Silencio 🧠

El desconocimiento y el estigma retrasan la atención psiquiátrica, agravan las enfermedades y dañan familias, trabajos y comunidades. La información y la consulta temprana salvan vidas.

En pleno siglo XXI, muchas personas siguen viendo la visita al psiquiatra como un acto de debilidad, locura o fracaso personal. Este estigma —profundamente arraigado en nuestra cultura— impide que miles de dominicanos consulten a tiempo, reconozcan los síntomas o se adhieran al tratamiento adecuado. Y mientras tanto, las enfermedades mentales avanzan, silenciosas pero devastadoras.

Como psiquiatra, con formación especializada en neuropsicología clínica, terapia familiar y alta gerencia, he visto cómo el miedo al qué dirán retrasa diagnósticos, el interrumpir tratamientos desintegra familias y, en los peores casos, conduce a tragedias evitables (EJ: tragedia que ocurrió en junio 2025 en el sector Naco D.N.).

Las enfermedades mentales son tan reales como la hipertensión o la diabetes. Trastornos como la depresión, ansiedad, bipolaridad o TEPT tienen bases neurobiológicas demostrables. Implican desequilibrios en neurotransmisores como la serotonina, dopamina, GABA o noradrenalina, alteraciones en el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, y cambios estructurales observables en neuroimagen (corteza prefrontal, sistema límbico, amígdala, etc.).

Estudios del Lancet Psychiatry Journal (2023) muestran que el 70% de los trastornos mentales comienzan antes de los 24 años, y que el 50% de las personas abandonan su tratamiento antes del primer año, agravando su condición.

¿Por qué la gente no busca ayuda?

Romper el Silencio
El desconocimiento y el estigma retrasan la atención psiquiátrica, agravan las enfermedades y dañan familias, trabajos y comunidades. La información y la consulta temprana salvan vidas.
Katiuska De Camps Vargas
Katiuska De Camps Vargas
martes 30 septiembre, 2025 - 9:32 AM
8 minutos de lectura
Teleuniverso

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El desconocimiento y el estigma retrasan la atención psiquiátrica, agravan las enfermedades y dañan familias, trabajos y comunidades. La información y la consulta temprana salvan vidas.

En pleno siglo XXI, muchas personas siguen viendo la visita al psiquiatra como un acto de debilidad, locura o fracaso personal. Este estigma —profundamente arraigado en nuestra cultura— impide que miles de dominicanos consulten a tiempo, reconozcan los síntomas o se adhieran al tratamiento adecuado. Y mientras tanto, las enfermedades mentales avanzan, silenciosas pero devastadoras.

Como psiquiatra, con formación especializada en neuropsicología clínica, terapia familiar y alta gerencia, he visto cómo el miedo al qué dirán retrasa diagnósticos, el interrumpir tratamientos desintegra familias y, en los peores casos, conduce a tragedias evitables (EJ: tragedia que ocurrió en junio 2025 en el sector Naco D.N.).

Las enfermedades mentales son tan reales como la hipertensión o la diabetes. Trastornos como la depresión, ansiedad, bipolaridad o TEPT tienen bases neurobiológicas demostrables. Implican desequilibrios en neurotransmisores como la serotonina, dopamina, GABA o noradrenalina, alteraciones en el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, y cambios estructurales observables en neuroimagen (corteza prefrontal, sistema límbico, amígdala, etc.).

Estudios del Lancet Psychiatry Journal (2023) muestran que el 70% de los trastornos mentales comienzan antes de los 24 años, y que el 50% de las personas abandonan su tratamiento antes del primer año, agravando su condición.

¿Por qué la gente no busca ayuda?

☆ Falta de información científica: Se cree que “sentirse mal” es una fase, no una señal de alerta.
☆ Estigmas sociales: Consultar a un psiquiatra se asocia con «locura», pero nadie llama “anticardiológo” a quien trata un infarto. Solo la psiquiatría carga con el peso del «antipsiquiatrismo» (movimiento que rechaza la psiquiatría convencional), una resistencia injustificada y peligrosa.
☆ Miedo al juicio social: Muchas personas, incluso con síntomas graves, optan por callar para no ser señaladas.
☆ Creencias erróneas: Se piensa que los tratamientos “vuelven adicto” o que la medicación “cambia la personalidad”, mitos completamente desmentidos por la ciencia.

La falta de atención a la salud mental tiene consecuencias reales:

◇ En el trabajo: baja productividad, aumento del ausentismo, conflictos interpersonales y decisiones erráticas.
◇ En la familia: deterioro del vínculo, irritabilidad constante, desconexión afectiva, conflictos parentales.
◇ En niños y adolescentes: bajo rendimiento escolar, conductas de riesgo, insomnio, aislamiento social, autolesiones.

Abandonar un tratamiento agrava la situación: estudios recientes publicados en The Lancet Psychiatry (2024) demuestran que interrumpir la medicación aumenta el riesgo de recaídas en un 60 %, con mayor deterioro funcional y riesgo de hospitalización.

Los factores de riesgo varían:

● Mujeres: mayor prevalencia de trastornos ansiosos y depresivos, sobrecarga por rol de cuidadora.
● Hombres: mayor prevalencia al abuso de sustancia y mayor resistencia a consultar, lo que aumenta el riesgo de suicidio.
● Niños y adolescentes: vulnerabilidad a la hiperconectividad, trastornos del neurodesarrollo, bullying y presión escolar.

Además, patologías neurológicas como epilepsia, Parkinson, los trastornos del neurodesarrollo neuronal, las lesiones cerebrales traumáticas pueden desencadenar o agravar síntomas psiquiátricos, fenómeno conocido como diasquisis.

Acudir al personal de salud mental (psiquiatra, psicólogos, etc.) no es señal de debilidad, sino de valentía. Un diagnóstico temprano permite tratamientos menos invasivos y más eficaces.

En Santo Domingo, contar con un psiquiatra con experiencia en rehabilitación neurocognitiva brinda a las familias dominicanas, así como a los turistas que visitan, la oportunidad de recibir un tratamiento integral y especializado en los momentos más cruciales. Esta atención de alta calidad combina terapia, tecnología y un enfoque humano que salva vidas.

En una sociedad donde cada vez más personas enferman por dentro mientras sonríen por fuera, priorizar la salud mental es un acto de amor propio y responsabilidad social. Hoy, más que nunca, la consulta psiquiátrica debe ser vista como lo que realmente es: una herramienta de bienestar, crecimiento y prevención.

La mente es el motor de cada proyecto, relación y sueño. Ignorar sus señales es como conducir sin frenos. Romper el silencio es el primer paso, buscar ayuda profesional y perseverar en el tratamiento es un acto de amor propio y de responsabilidad con quienes nos rodean. La salud mental es para todos y es lo primero.

Vacacionar para vivir🧠La salud mental no se repara solo con medicación o terapia, también necesita pausas. Las vacacione...
16/09/2025

Vacacionar para vivir🧠
La salud mental no se repara solo con medicación o terapia, también necesita pausas. Las vacaciones no son un lujo, son una necesidad biológica y emocional.

La salud mental no se repara solo con medicación o terapia, también necesita pausas. Las vacaciones no son un lujo, son una necesidad biológica y emocional.

Decidimos realizar una merecida pausa laboral en el mes de agosto, esta pausa nos permitió unificar el amor familiar, pero sobre todo poder disfrutar en familia lo que Dios cada día nos regala.

¿Por qué necesitamos vacaciones?

En un mundo que glorifica la productividad y donde descansar parece sinónimo de debilidad, “las vacaciones son vistas como un privilegio y no como lo que realmente son: un derecho y una urgencia neuropsicológica”.

El cerebro humano no fue diseñado para estar en estado de alerta constante, sin pausas ni desconexión. De hecho, “la falta de descanso puede alterar gravemente los circuitos cerebrales que regulan el estado de ánimo, la memoria, el juicio y la creatividad”.

¿Qué ocurre en nuestro cerebro cuando no descansamos?

La exposición prolongada al estrés activa el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA), responsable de la respuesta al estrés. Esto provoca una liberación sostenida de cortisol, la hormona del estrés, lo que lleva a inflamación cerebral, alteración de la plasticidad neuronal y cambios estructurales en regiones como el hipocampo, la amígdala y el córtex prefrontal.

Estudios de Harvard Medical School (2022) y la Organización Mundial de la Salud (2023) han demostrado que “las personas que no toman vacaciones presentan un 30% más de riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad, depresión y burnout”, en comparación con quienes desconectan al menos una vez al año por más de 7 días consecutivos.

No es necesario tener una crisis emocional para justificar un descanso.

Algunos síntomas clave de que tu mente está pidiendo vacaciones incluyen:

◇ Fatiga crónica, incluso tras dormir.
◇ Irritabilidad o reacciones exageradas.
◇ Falta de concentración y olvidos frecuentes.
◇ Sensación de vacío, desmotivación o cinismo laboral.
◇ Trastornos del sueño.
◇ Dolores musculares sin causa médica aparente.
◇ Desconexión emocional con la familia y entorno.

Estas manifestaciones no son caprichos ni “baja energía”, son respuestas de un sistema nervioso agotado.

Las vacaciones no solo mejoran el estado de ánimo, también “restablecen el equilibrio neuroquímico”. Durante un descanso prolongado y placentero: Disminuye el cortisol, aumenta la dopamina, relacionada con el placer; se regula la serotonina, clave para el bienestar emocional. Se restablece la neuroplasticidad, favoreciendo la resolución de problemas y la creatividad, además el sistema inmunológico se fortalece.

Un estudio de The American Journal of Psychiatry (2023) evidenció que “los pacientes con trastornos depresivos resistentes al tratamiento mejoraban significativamente tras períodos de desconexión estructurada y descanso planificado”, especialmente cuando se combinaba con entornos naturales.

¿Cómo afecta a nuestra vida laboral y familiar?

Cuando una persona no descansa y decide no tomar vacaciones y prefiere por la razón que fuera, tomar el pago extra:

☆ Su productividad disminuye, aunque trabaje más horas.
☆ Aumentan los errores, olvidos y decisiones impulsivas.
☆ Se deteriora el clima laboral.
☆ Aparecen conflictos familiares por irritabilidad o falta de presencia emocional.
☆ En padres, se afecta la calidad del vínculo con sus hijos.
☆ En parejas, aumenta la insatisfacción y desconexión afectiva.

Con el pasar del tiempo, la ausencia prolongada de descanso puede desencadenar o agravar:

● Trastorno de ansiedad generalizada.
● Trastorno depresivo mayor.
● Síndrome de burnout.
● Trastorno de estrés agudo o postraumático (cuando el entorno laboral es traumático).
● Síndrome de fatiga crónica.
● Trastornos psicosomáticos (gastritis, migrañas, colon irritable, etc.).

En las mujeres: Se enfrentan al “doble turno” laboral y doméstico. Reportan mayor carga mental, trastornos del sueño y sensación de culpa al descansar.

En los hombres: Suelen negar la necesidad de descanso, lo que los expone a crisis emocionales inesperadas, abuso de sustancias o colapsos repentinos.

En los niños y adolescentes: La sobreexigencia académica y el estrés familiar impactan su desarrollo emocional. Las vacaciones estructuradas (sin pantallas todo el día) favorecen su salud mental y su vínculo con los cuidadores.

En Santo Domingo Contar con un psiquiatra especializado en rehabilitación neurocognitiva y terapia familiar permite que tanto familias dominicanas como turistas que nos visitan puedan acceder a un enfoque integral, cálido y clínicamente fundamentado. La mente también necesita vacaciones, pero cuando ya no puede descansar sola, necesita ayuda profesional.

Trabajar sin parar no es sinónimo de éxito, es una receta para el colapso.

Las vacaciones no son un lujo: “son una estrategia de salud mental, una inversiónen ti mismo y en tu futuro emocional”.

Si sientes que por más que lo intentas no logras desconectar, si el placer ha desaparecido de las cosas simples o si tu cuerpo ya no responde, es momento de pedir ayuda. Porque la salud mental es para todos. Y es lo primero.

Dirección

Punta Cana

Horario de Apertura

Lunes 16:30 - 19:00
Martes 16:30 - 19:00
Miércoles 16:30 - 19:00
Jueves 16:30 - 19:00
Viernes 16:30 - 19:00
Sábado 09:30 - 13:00

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