30/10/2025
Durante un ataque de pánico, el cuerpo activa su sistema de alarma como si estuviera frente a una amenaza real. El corazón se acelera, el pecho se oprime, cuesta respirar y aparece ese pensamiento desesperante: “me voy a morir”.
Sin embargo, lo que realmente ocurre es una respuesta intensa de ansiedad —no un fallo físico ni un peligro mortal. El cerebro interpreta sensaciones corporales como señales de amenaza, lo que refuerza el círculo del miedo.
Recordar que los síntomas son pasajeros y que el cuerpo está sano ayuda a cortar ese ciclo. Respirar profundo, moverse o enfocarse en algo concreto puede ayudarte a regresar al presente. 💙