18/06/2020
Freud habla de impotencia psíquica en su texto “Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa” en 1912. Su pregunta surge porque desde el plano de lo biológico se conocen sus causas, motivos etc. Sin embargo desde la psicología se plantea que hay algo que viene del psiquismo.
Una de las causas más comunes en las consultas está relacionados en su mayoría con conflictos en las relaciones afectivas. “Si quien ejerce el psicoanálisis se pregunta cuál es la afección por la que se solicita asistencia más a menudo, deberá responder que, prescindiendo de la angustia en sus múltiples formas, es la impotencia psíquica” (Freud, 1912, pág. 173).
Es evidente que muchas personas han atravesado por problemas en los cuales no basta el querer, simplemente existe ese algo que no deja que el acto en si suceda. Entonces, teniendo este motivo como antecedente también, se inicia la búsqueda del motivo de la impotencia psíquica. Así desde el psicoanálisis se cuestiona ¿qué le pasa al sujeto psíquicamente que no responde biológicamente? Y de aquí emerge el concepto con el que se trabajará a continuación.
Es necesario remitirse a ciertos conceptos y esclarecerlos, como la inhibición por ejemplo, porque esta se encuentra estrechamente relacionada con la impotencia psíquica. La impotencia sexual según el diccionario es: “la dificultad para realizar el acto sexual de forma normal y completa” (Silva, 1995). Lo cual devendría en incapacidades para la erección, la ey*******ón y el orgasmo.
Para Freud, las relaciones sexuales son una de las múltiples expresiones en la vida de las personas, por ello preguntarnos acerca de una vida sexual normal resulta inquietante porque decir que es normal y que no es muy difícil, puesto que cada quien vive su sexualidad de manera subjetiva. Para Freud lo normal en las relaciones sexuales se encuentra en un punto alejado de lo que constituye la norma en sí. La impotencia, la frigidez, son trastornos comunes que se dan en todo tipo de relación, cultura, es decir acompañan a la vida erótica corriente (Trujillo, 2014).
Freud hace alusión al concepto de inhibición y explica que, durante el periodo de latencia es donde se edifican los poderes anímicos los cuales más adelante, se presentarán como inhibiciones en el camino de la pulsión sexual. Estas a su vez devendrán como limitaciones funcionales del yo, en el cual el yo renuncia a ciertas funciones para que así no tenga que emprender una nueva represión (Freud, 1912).
Por lo tanto, la función sexual se encuentra sometida a diversas perturbaciones o disturbios los cuales presentan el carácter de inhibiciones, la inhibición sexual masculina toma cuatro formas: impotencia psíquica, falta de erección, ey*******ón precoz y falta de ey*******ón.Y así algunas inhibiciones son entonces renuncias a la función porque durante su realización de aquí surgiría angustia.
Entonces ¿qué pasa con el sujeto que no responde?, En el psiquismo del hombre existen dos vertientes los cuales apuntalan a dos objetos, el de la ternura el cual está ligado a la elección infantil primaria del objeto. Es importante señalar lo que sucede en el primer tiempo, para una comprensión global del tema señalado. En el primer tiempo en la elección primaria de objeto se da entre los 2 y 5 años respectivamente, en un primer momento se genera placer por medio de su propio cuerpo y la meta sexual aquí es producir placer o satisfacción mediante la estimulación apropiada de la zona erógena. La madre es quien pulsiona al niño. Entonces, el primer objeto de deseo para cada ser humano serán los padres o la representación. Por lo tanto se encontrarán en aquella línea de la ternura. En el segundo tiempo por su parte, ya se da una confirmación definitiva del objeto sexual, aquí se renuncia a los objetos infantiles para empezar una corriente sexual.
En cuanto a la otra vertiente Freud, menciona a la del deseo. Esta última vertiente es aquella que puede deshonrar, difamar etc. En la impotencia psíquica los objetos que apunta son objetos de ternura, entonces no existe respuesta biológica porque este no los registra, esta ternura no se encuentra del lado de lo degradado. El hombre se siente limitado porque respeta a su mujer, la considera del lado de lo moral y ético, mientras que desarrolla una potencia plena cuando está con quien no lo juzga, no lo conoce del todo ni estaría a la “altura” de una señora. El deseo entonces, está puesto en los objetos que nada tienen que ver con el objeto incestuoso, es decir en la línea de la ternura (Freud, 1912). Se puede decir que se da por esa activación de las situaciones incestuosas y no puede ver con deseo a aquel Objeto.
Freud menciona que la impotencia psíquica es una perturbación que aqueja a hombres con naturaleza incestuosa (Freud, 1912), entonces dicha perturbación se exterioriza por medio del no funcionamiento de los órganos sexuales los cuales se rehúsan al cumplimiento del acto sexual. El sujeto empieza a darse cuenta que esto solo le ocurre con ciertas personas, es decir con aquellas que se encuentran del lado de la ternura. Entonces la inhibición parte de esa fijación incestuosa no superada a la madre. Por lo tanto la impotencia sexual es el desencuentro entre la corriente sensual y la corriente del amor y la ternura.
Como conclusión se puede decir entonces, que existe una impotencia biológica la cual da cuenta de que algo en el psiquismo está ocurriendo. El hombre muestra inclinación afectiva hacia aquella mujer que le provoca respeto, pero esta no le incita deseo sexual, en cambio solo es potente con aquellas mujeres que no le inspiran esa ternura, ese respeto ni estima. La inhibición de su potencia sexual depende de alguna cualidad o condición del objeto sexual. El amor está en el Objeto que le recuerda a su madre, es por ello que no pueden tener relaciones con la mujer que aman porque esta es la representación de su madre, mientras pueden hacerlo con otra mujer la cual este en condición de degradada en la medida en la que esta sea el opuesto a su madre (Trujillo, 2014).
Se puede partir de la impotencia, para interrogarse acerca del deseo. El sujeto teme a la satisfacción del deseo, porque entonces, de alguna manera estará ligado y dependiente a quien sepa satisfacerlo, la dependencia crea inseguridad, la cual, entre otras cosas, da lugar al dolor.
