08/03/2024
Respetar la intimidad de nuestros hijos adolescentes brinda confianza, fomenta su autonomía y fortalece los lazos familiares. Escuchar y entender sus límites promueve un ambiente de respeto mutuo y crecimiento emocional.
Paulatinamente, nuestros hijos comienzan a transformar su habitación en una especie de bunker, es decir, un lugar en donde se acomoda el universo del adolescente. De buenas a primeras empieza a cerrar su habitación y exige que se golpee antes de entrar. Aunque, hoy en día no sólo es la intimidad de su cuarto, sino su celular, su mail, sus redes sociales.
Se trata de que entendamos que nuestros hijos reclaman sus espacios personales, que están pasando del nosotros al yo y esta individuación es la simiente de su futura autonomía. Por lo tanto, es necesario respetar su intimidad. Permitirle estar solo cuando lo desee, que pueda invitar amigos o que nos deje entrar cuando él o ella lo quieran o pidan. Otorgarle libertades crecientes, acordes a las normas pautadas con antelación. Como padres debemos permitirle estar solo y estar acompañado, quedarse, y salir: controlar y cuidar no es invadir, es respetar sus espacios privados y colocar ciertas reglas organizadoras.